Biblia

Jesús, amigo y Señor

“¿Por qué es usted católico?” Le preguntaban a un señor en plena Quinta Avenida de Nueva York. Sin pensarlo mucho, su respuesta fue breve y clara: “Porque tengo a Jesús, que es un amigo que me quiere”. Uno puede dudar si esta contestación tan sencilla es correcta. ¡Hay tantos dogmas en que creer y obligaciones que hay que cumplir! ¿En qué quedamos? ¿Sólo basta la amistad con el Señor?

La respuesta es entender qué es ser católico. ¿Cómo cumplen sus obligaciones los creyentes? De muy distintas maneras, con: asistir a misa una vez al año, aceptar los dogmas de la Iglesia, bautizar a sus hijos, rezar en las comidas, dar limosna a la iglesia, no blasfemar, tener santos de su devoción, celebrar las fiestas de la Virgen, ofrecer toda su vida por el Señor, etcétera. Pero, ¿cuál es lo fundamental?

La instrucción religiosa, en muchos casos, fue aceptar las costumbres de la familia o de la sociedad: ir a misa los domingos, participar en las procesiones, aprender las oraciones, creer en los dogmas… Son tantas las obligaciones y prácticas, que uno puede acabar confundido. Por eso, sería correcto descubrir lo importante de mi fe.

En el Antiguo Testamento Dios llama de una manera personal a Abraham:

“Yahvé dijo a Abram: ‘Deja tu país’ ”. Gn 12,1.

Dios invoca a otro personaje también de forma personal. Incluso repite dos veces su nombre.

“Dios lo llamó de en medio de la zarza: ‘¡Moisés, Moisés!’ ”. Ex 3,4.

La orden de Yahvé al profeta Jeremías vuelve a ser personal, dándole una orden bien concreta:

“Levántate y baja a la casa del alfarero”. Jer 18,1.

El trato individual es el estilo propio de Yahvé. A la hora de elegir colaboradores, lo hace de una forma personal y única. Les llama por su nombre. No es ninguna sorpresa recordar que el ángel, al presentase ante la Virgen, lo hace de la misma manera:

“Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo”. Lc 1,28-29.

Como se ve en estos casos Dios tiene un encuentro íntimo con los elegidos, por eso menciona su nombre. Jesús mantuvo el mismo estilo. Elige a sus discípulos invocando también su nombre.

“Mientras Jesús caminaba a orillas del mar de Galilea, vio a Pedro y Andrés. Los llamó”. Mt 4,18

Más adelante divisó a otros dos hermanos: Santiago y Juan que estaban con su padre en la barca arreglando las redes.

“Jesús los llamó, y en seguida ellos dejaron la barca y a su padre y lo siguieron”. Mt 4,21.

Ese es el modo de Jesús al acercarse a la gente. Su primer contacto es personal, de tú a tú. Con la samaritana, con la hemorroísa, con el ciego, con el capitán, con María Magdalena… La relación que Jesús tiene con la gente es única. Incluso después de resucitado el Señor claramente mantiene su mismo talante. Le llama a María por su nombre y ella reconoce su voz (Jn 20,16).

El estilo personal de Jesús aparece claro cuando Saulo va camino de Damasco. El Señor le llama dos veces. A su pregunta le da su nombre:

“ ‘Saulo, Saulo…’ Y él respondió: ‘Yo soy Jesús’ ”. Hc 9,4.

Así era Jesús. Así debemos imitarle. Ver que lo más importante es mantener una relación particular con Jesús, como lo hacía Él. Si te preguntaran si eres católico, puedes responder: “Sí, tengo un Amigo”.

Para relacionarte con él, recuerda las palabras de María a los sirvientes en las bodas de Caná:

“Hagan lo que él les diga”. Jn 6,4.

¿Cómo es tu relación con el Señor?