El aumento del uso de computadoras y el aislamiento debido a las medidas o restricciones de cuarentena durante la pandemia de COVID-19, han puesto a los menores en mayor riesgo de manipulación y abuso en línea, dijo un sacerdote jesuita experto en protección de menores.
Casi todas las naciones que han estado en cuarentena o bajo otras restricciones han tenido consecuencias similares en las cuales los jóvenes pasan mucho más tiempo en casa, “solos, en línea, sin supervisión ni control”, dijo el padre jesuita Hans Zollner, miembro de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores.
Con más tiempo frente a las pantallas y tantas opciones disponibles para interactuar en línea, “el material pornográfico también se vuelve más accesible” para los depredadores y para los niños que no tienen límites sobre lo que pueden acceder ni orientación alguna de lo que deben hacer para protegerse de las personas que los contacten online, dijo el padre Zollner a Vatican News el 18 de junio.
“Tenemos que educar sobre la protección de la dignidad y el respeto de las personas vulnerables, especialmente los jóvenes”, señaló el padre jesuita.
El padre Zollner, profesor de psicología y presidente del Centro para la Protección Infantil de la Pontificia Universidad Gregoriana en Roma, habló con Vatican News sobre su presentación para la “Serie de Seminarios Web sobre Protección,” que se realizó ese mismo día.
La serie fue organizada por la Oficina de Protección de la Unión Internacional de Superioras Generales con la colaboración de la comisión pontificia, el Centro para la Protección Infantil, y la línea directa de abuso “Telefono Azzurro” (Teléfono Azul) en Italia.
La charla del padre Zollner se centró en “Protección en línea en tiempos de aislamiento,” destacando el tipo de riesgos que enfrentan los menores en línea.
- RELACIONADA: Violencia doméstica: “Una pandemia dentro de otra”
El Buró Federal de Investigaciones (FBI por sus siglas en inglés) estima que “en todo momento, hay hasta 750,000 depredadores infantiles en línea por todo Internet buscando niños para abusar”, según la presentación de diapositivas que dio el padre jesuita, añadiendo que “dos tercios de los países del mundo no tienen leyes específicas para combatir la manipulación de niños en línea para la explotación sexual”.
También dijo que las agencias policiales en todo el mundo estaban advirtiendo que los perpetradores han estado usando el aislamiento para atacar a niños.
Un ejemplo de cuán drástico ha sido el aumento durante la pandemia, dijo, se puede ver en Australia, donde la descarga de imágenes de abuso se disparó en un 86 por ciento en las tres semanas posteriores al 21 de marzo.
El Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados en Estados Unidos “ha registrado un aumento del 106 por ciento en los informes de presuntos abusos sexuales infantiles, pasando de 983,734 informes en marzo de 2019 a 2,027,520 en el mismo mes de 2020”.
Los delincuentes pueden ser más propensos a actuar impulsivamente debido al aislamiento durante la cuarentena y su incapacidad para viajar los hace más proclives a recurrir al abuso transmitido en vivo o distribuido online, dijo el padre Zollner en su presentación.
Las restricciones durante la pandemia también han provocado que lugares como las escuelas o los servicios sociales para denunciar el abuso o el acoso han sido interrumpidos o reducidos, acotó.
Además, los gobiernos y las fuerzas del orden están poniendo mayor énfasis en hacer cumplir las regulaciones para controlar la pandemia, lo que ha llevado a que den “menos prioridad a la explotación sexual infantil en línea en muchas jurisdicciones”, continuó.
El padre Zollner dijo a Vatican News que desafortunadamente esta situación ocurre justo cuando los riesgos y la necesidad de estar atentos son aún más urgentes.
Algunas cosas que los padres y tutores pueden hacer, dijo el jesuita, es usar un software que permita el control de los padres sobre lo que sus hijos pueden hacer en línea, a pesar de que a veces los niños encuentran formas de eludirlo.
Establezcan límites de tiempo en los dispositivos, áreas libres de dispositivos en la casa y tengan en cuenta y apliquen una configuración de privacidad estricta a las aplicaciones, juegos, y servicios de mensajería que utilizan los menores, dijo.
Los adultos también pueden conectarse o jugar online con sus hijos para ayudarlos a ver lo que deberían y no deberían hacer, acotó.
Las escuelas católicas también tienen un papel importante que desempeñar en la educación de los niños sobre cómo mantenerse seguros en línea, agregó.