CIUDAD DEL VATICANO (Por Junno Arocho Esteves/CNS)—. Cuando se acerca la celebración de la Navidad, las dificultades que vivió la Sagrada Familia invita a reflexionar sobre el sufrimiento de los muchos hombres, mujeres y niños que huyen de la guerra y la persecución, dijo el papa Francisco.
Reunido con los organizadores y artistas participantes en un concierto benéfico de Navidad en el Vaticano, el papa dijo que la temporada santa es una invitación a unirnos para ayudar a los que están en necesidad, especialmente a los migrantes jóvenes que “en lugar de sentarse en el escritorio del colegio, pasan sus días haciendo largas marchas a pie o en vehículos improvisados y peligrosos”.
Educar a los jóvenes migrantes les dará las herramientas para encontrar “trabajo en el futuro y promover el bien común como ciudadanos informados. A su vez nos educamos nosotros mismos para poder recibir y mostrar solidaridad, de modo que los emigrantes y refugiados no sean tratados con indiferencia o, peor, intolerancia en su camino”, dijo el 14 de diciembre.
Los fondos recaudados en el concierto del 15 de diciembre, patrocinado por la Congregación para la Educación Católica, serán donados a dos organizaciones: Scholas Occurrentes en Irak y Misión Don Bosco en Uganda.
Misión Don Bosco ayuda a refugiados de Sudán del Sur a escapar de la guerra civil y está comprometida “con la capacitación y el desarrollo profesional de los jóvenes”, según la Congregación para la Educación Católica.
La congregación añadió que Scholas Occurrentes usará lo recaudado en el concierto benéfico para continuar sus iniciativas educativas en Erbil, Irak, donde “para miles de niños y jóvenes que viven en campamentos de refugiados ir a la escuela es su única oportunidad de liberación”.
Entre los muchos músicos y artistas que se presentaron en el concierto navideño, estaban los cantantes estadounidenses Dee Dee Bridgewater y Anastacia, así como el cantante puertorriqueño José Feliciano y el cantante Hussain Al Jassmi de los Emiratos Árabes Unidos.
Durante la audiencia papal el cardenal Giuseppe Versaldi, prefecto de la congregación educativa, dijo que las iniciativas para ayudar a los inmigrantes y refugiados son un recordatorio de que la humanidad tiene el deber “de proteger a la población civil, especialmente a los niños, de los efectos de la guerra”.
“Los lenguajes de la música y el arte, vinculados con la temporada navideña que celebra la venida del hijo de Dios, ayudan a manifestar nuestro apoyo generoso” a los que están en más necesidad, según el cardenal Versaldi.
El papa Francisco dijo en su discurso que la Navidad es un tiempo que despierta la caridad y “nos insta a reflexionar sobre la situación de tantos hombres, mujeres y niños de nuestro tiempo –personas migrantes, refugiadas y desplazadas — que están caminando para huir de las guerras y la miseria causadas por la injusticia social y el cambio climático”.
Igual que tantos migrantes y refugiados en la actualidad, añadió, la Sagrada Familia vivió “la agonía de la persecución” cuando huyó de Egipto.
“El niñito Jesús nos recuerda que la mitad de los refugiados del mundo de hoy son niños, víctimas sin culpa de la injusticia humana”, dijo el papa.
Destacó que iniciativas como las de Irak y Uganda son oportunidades para que la iglesia responda a las tragedias que incontables hombres, mujeres y niños enfrentan y ofrecerles una oportunidad, no solo de recibir una educación, sino también los medios para que ellos “vuelvan a levantarse” con dignidad, fortaleza y valentía.
Además les agradeció a los artistas y organizadores del evento por haber donado su tiempo y talento para “encender la calidez y la ternura de la Navidad en todos los corazones”.
El papa dijo que la misión de la iglesia “siempre se ha manifestado a través de la creatividad y la genialidad de los artistas porque ellos, a través de sus obras, pueden llegar hasta las áreas más íntimas de la consciencia de los hombres y mujeres de todos los tiempos”.