El viernes 24 de junio, a la una de la tarde, un grupo de fieles se reunieron en la Concatedral de San José para celebrar la fiesta de San Juan Bautista. El celebrante fue monseñor Octavio Cisneros, obispo auxiliar de Brooklyn y vicario para Asuntos Hispanos de la Diócesis.
En Nueva York identificamos la fiesta de San Juan con la comunidad puertorriqueña, pues San Juan es el patrón de la Isla del Encanto. Hace pocos días se realizó el Desfile Puertorriqueño, uno de los más multitudinarios y conocidos de la Gran Manzana.
Sin embargo, la misa de San Juan celebrada en la Concatedral de Brooklyn tuvo sabor mexicano. San Juan Bautista es el patrón de San Juan Tianguismanalco, un municipio de Puebla, y sus devotos se reunieron a celebrarlo.
En su homilía, monseñor Cisneros dijo que celebrar la fiesta de San Juan “es recordar nuestras raíces, es recordar quiénes somos y de dónde venimos, es recordar la fe de nuestros antepasados, de nuestros abuelos, de nuestros padres; que ahora tenemos que transmitir a nuestros hijos”.
Mirando la imagen de San Juan, que los devotos habían rodeado de frutos y flores, monseñor Cisneros dijo: “Celebramos hoy la fiesta del Precursor de Jesús. Aquí lo vemos rodeado de los frutos de la tierra. En el desierto pasaba hambre; el hambre de Dios, el hambre del perdón, como lo pasamos también nosotros tantas y tantas veces.”
La música de la misa fue interpretada por un grupo de mariachis. Y al final de la celebración, el conjunto folclórico Danza de Tecuanes de Acatlán interpretó sus danzas tradicionales frente a la Concatedral.
Monseñor Cisneros, después de referirse a la comida, las flores y las danzas, invitó a los presentes a pensar en el significado que tiene la figura de San Juan para nosotros hoy.
“En nuestros pueblos pequeños no habían tantas tentaciones. Aquí en la ciudad de Nueva York hay muchas tentaciones. ¿Cómo guiamos a nuestros hijos? ¿Cómo los alejamos del mal y los guiamos por el camino de la verdad y de la verdadera felicidad? ¿Cómo preparamos los caminos del Señor en nuestra sociedad, en nuestra familia, en nuestros lugar de trabajo, en nuestra vecindad? Hoy muchos de ustedes caminarán por las calles en procesión. ¿Qué significa esto? Dar testimonio de que caminamos en una sociedad que necesita escuchar el mensaje de Jesús, como lo hizo San Juan Bautista.”