FORT GREENE — La familiar iglesia de ladrillo colorado, en la intersección de Willoughby Avenue y Kent Street, ha tenido tres cambios de nombre en sus casi 180 años de historia. En 1974, recibió su último nombre: St. Lucy-St. Patrick.
Desde entonces, Luis Delgado ha sido un voluntario laico activo en St. Lucy-St. Patrick, ubicada en 285 Willoughby Ave., trabajando entre bastidores y también al frente como recepcionista y supervisor de colecciones.
En estos días, Delgado, de 95 años, es el jardinero de la iglesia de Fort Greene, que ha estado cerrada desde su última misa a fines del otoño de 2021 debido a problemas estructurales y a un cambio demográfico.
A principios de este mes, dio un breve recorrido por la iglesia donde él y su difunta esposa, Isabel, se sumergieron en la vida parroquial con sus dos hijos. Isabel murió hace 19 años. Sus hijos están ahora jubilados y tienen 60 años.
Delgado aprovechó para mostrar dónde habían caído algunos de los ladrillos del exterior. Se repararon los agujeros, pero las inspecciones revelaron que se necesitan reparaciones más extensas. Los costos estimados fueron de millones, según el padre Henry Torres, párroco de la parroquia María de Nazaret y administrador de la iglesia St. Lucy-St. Patrick. Posteriormente, la diócesis decidió cerrar la iglesia.
Mons. Robert Brennan anunció el 1 de junio que la iglesia “ya no se utilizará para el culto divino”. Este decreto oficial entró en vigencia 30 días después, el 1 de julio. De acuerdo con la Ley Canónica, el decreto se publicó en el sitio web diocesano. También ordena que se eliminen “cualquier mobiliario sagrado y obras de arte” en el edificio.
Cuando se toma la difícil decisión de cerrar una iglesia, se inicia el proceso detallado para asegurarse de que los elementos, como el tabernáculo, las vidrieras y las estatuas, por nombrar algunos, se quiten y se conserven adecuadamente.
La Parroquia de María de Nazaret podría quedarse con algunos de los artículos, pero si se niega a quedarse con todos, el decreto establece que deben manejarse de una manera “adecuada a su carácter [sagrado] y a las intenciones conocidas de cualquier donante”.
Por lo general, estos artículos se almacenan en la Oficina de Patrimonio de la diócesis en Bushwick, Brooklyn, donde todo se fotografían, se documentan y evalúan, pudiendo quedar después a disposición para otras parroquias.
El derecho canónico establece que las antiguas iglesias pueden venderse con fines profanos, pero en ningún caso para una actividad considerada inmoral por la Iglesia. Sin embargo, la diócesis no ha anunciado el uso futuro de la iglesia.
Según el sitio web de la parroquia, la parroquia original se formó en 1843. La iglesia entonces se llamaba St Mary’s, pero 13 años después, pasó a llamarse St. Patrick.
La Iglesia de St. Lucy se estableció en 1904 para servir a los residentes italianos de la zona. En 1974, San Lucy’s Church, ubicada unas pocas cuadras al norte en Kent Avenue, fue absorbida por St. Patrick, y la iglesia pasó a llamarse desde entonces St. Lucy-St. Patrick.
Muchas de las antiguas familias italianas se han mudado a otros barrios. En su lugar llegó una comunidad cada vez mayor de judíos ortodoxos, en cuanto que la membresía en St. Lucy-St. Patrick disminuyó, dijo padre Torres.
Según su sitio web, la Parroquia de María de Nazaret, que incluía el Sagrado Corazón y la Iglesia de St. Michael-St. Edward, creció en 2011 con la incorporación de St. Lucy-St. Patricio.
El 30 de junio, el Padre Torres dijo que estaba analizando la posibilidad de un servicio especial para honrar a St. Lucy-St. Patrick. Una primera idea es tener una procesión en la que se traslade la Eucaristía desde St. Lucy-St. Patrick hasta la Parroquia de María de Nazaret.
“Quiero hacer algo grandioso”, dijo el padre Torres. “Quiero algo muy bonito para cerrarla”.
Delgado, mientras tanto, estará al pendiente.
“Vivo al otro lado de la calle”, dijo, “así que cada vez que [el padre Torres] me necesita, sabe que estaré cerca. Incluso ahora que está cerrando, sigo dando vueltas, recojo la basura y riego las plantas. Tenemos un hermoso jardín aquí.
“Me encanta hacerlo porque estoy muy orgulloso de mi parroquia. A veces lloro porque realmente me duele, ¿sabes?
Delgado pasa por allí la mayoría de los días para asegurarse de que todo esté seguro y a veces, se queda dentro de la iglesia para la oración y la reflexión en solitario. Durante la visita el 1 de julio, se sentó en un banco de primera fila. Sus ojos estaban fijos en el altar y el santuario.
“Simplemente me siento aquí y miro a mi Señor”, le dijo a un visitante. “A mucha gente no le gusta sentarse aquí sola porque tuvimos muchos funerales aquí. Pero para mí es pacífico. Conocí a los que han muerto. La mayoría de ellos eran amigos, tantas personas que conocíamos”, afirmó Delgado, señalando una exhibición de tarjetas funerarias de numerosos servicios celebrados en la iglesia. “Hasta el nombre de mi esposa está ahí, en alguna parte”, dijo.
Delgado aún recuerda cuando St. Lucy-St. Patrick era una parroquia próspera, con procesiones en los días festivos por el vecindario, entretenimiento para todas las edades y sólidas colectas semanales. Si bien la iglesia guarda muchos recuerdos para Delgado, reconoció y aceptó el motivo de su cierre.
“No hay nada que podamos hacer al respecto”, dijo. “La iglesia necesita muchas reparaciones”.