Nuestra diócesis

La música hispana enriquece la liturgia católica en las parroquias de la Diócesis de Brooklyn

El coro y los músicos dirigidos por Alejandro Zuleta, director musical de la Co-Cathedral of St. Joseph, han presentado numerosas producciones hispanas a lo largo de los años. (Foto: Cortesía de Alejandro Zuleta)

PROSPECT HEIGHTS — Las tradiciones musicales que honran la herencia hispana son una parte integral de la fe católica, especialmente en la Diócesis de Brooklyn, donde abundan influencias musicales latinas —desde el mariachi hasta el folklórico— interpretadas en parroquias de habla hispana.

Muchos de estos programas son impulsados por Alejandro Zuleta, director musical de la Co-Cathedral of St. Joseph. Hace dos años, su ministerio —Music at Co-Cath— presentó “El Oratorio Panhispánico”: una obra compuesta íntegramente en español, en forma poética de décimas, con una mezcla de sonido clásico contemporáneo y géneros musicales de Argentina, México, Colombia, Perú, Chile, Cuba y Venezuela, entre otros. La producción contó con 12 cantantes y una banda de 11 músicos que integraban instrumentos clásicos y tradicionales latinoamericanos.

El catolicismo tiene una larga historia de música hispana, que se remonta al Concilio Vaticano II, cuando la Iglesia permitió por primera vez celebrar la Misa en lenguas vernáculas.

“Antes del Vaticano II había tradición de música hispana y de otras músicas, pero no estaban incluidas en la Misa”, explicó Zuleta. “Cuando se permitió que pasaran a formar parte de la liturgia, todo cambió: la adoración incorporó no solo el idioma, sino también los ritmos tradicionales y los instrumentos de cada cultura”.

De ese modo, tras el Concilio Vaticano II, músicas regionales de países hispanos —como el mariachi y el folklórico— se convirtieron en un elemento significativo dentro de la Misa.

El artista de mariachi Vicente Fernández fue conocido como el “Rey de la Música Ranchera”. (Foto: Wikimedia Commons)

El mariachi, estilo folclórico mexicano interpretado típicamente por pequeños conjuntos de músicos itinerantes con vestimenta tradicional, ofrece una expresión espiritual que conecta con los fieles y se interpreta en funerales, bodas y celebraciones familiares. Entre los grandes exponentes figura el fallecido Vicente Fernández, llamado el “Rey de la Música Ranchera”. En EE.UU., la cantante Linda Ronstadt introdujo el mariachi al público masivo con sus álbumes en español ganadores del Grammy: Canciones de Mi Padre (1987) y Más Canciones (1991).

El cantante de rock y pop Ritchie Valens tuvo un éxito en 1958 con la canción veracruzana “La Bamba”, que aún se interpreta hoy en día. (Foto: Wikimedia Commons)

El folklórico también es esencial: incorpora la expresión cultural local a la liturgia y permite a los fieles abrazar un canto sagrado que refleja su herencia mediante canciones de fe y amor. Ejemplos populares incluyen “La Bamba”, canción veracruzana popularizada por Ritchie Valens en 1958, y “La Cucaracha”, tema tradicional que data de la Revolución Mexicana.

“La música tradicional, la música del pueblo, es la raíz de donde viene todo lo demás”, dijo Zuleta. “Si uno corta el vínculo entre la tradición y lo elevado, se pierde todo el sabor”.

La cantante Linda Ronstadt grabó el álbum ganador del Grammy “Canciones de Mi Padre”, compuesto por canciones que aprendió de su padre. (Foto: Wikimedia Commons)

Actualmente, Zuleta prepara su próxima producción, From Death to Eternal Light, con música sacra renacentista del compositor español Tomás Luis de Victoria —incluido su Réquiem— que será presentada en la Co-Cathedral of St. Joseph el 17 y 18 de octubre.

Zuleta resumió así la importancia de la música hispana en la Misa católica:

“Cuando la Iglesia permitió su uso, la gente empezó a llevar al templo la música que hacía para las fiestas, para la convivencia, para la vida… Y eso ocurrió en todas partes”.