Nuestra comunidad religiosa

La Ultreya de Campo diocesana: una celebración popular

EL PASADO 10 DE JUNIO en el Centro de Vida Espiritual Graymoor de las Hermanas Franciscanas de la Expiación, en Garrison, Nueva York, se celebró la Ultreya de Campo, uno de los eventos más esperados del año entre los fieles que conforman el Movimiento de Cursillos de Cristiandad.

Foto: Alexander González. Monseñor Neil Tiedemann, obispo auxiliar de Brooklyn, y monseñor Perfecto Vázquez, director espiritual del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la Diócesis de Brooklyn.
Foto: Alexander González.
Monseñor Neil Tiedemann, obispo auxiliar de Brooklyn, y monseñor Perfecto Vázquez, director espiritual del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la Diócesis de Brooklyn.

Ultreia es una palabra latina que significa “adelante”, y es una palabra de aliento que usan los peregrinos del Camino de Santiago para saludarse y animarse entre ellos.

San Juan Pablo II durante la Ultreya Nacional de Italia, celebrada el 24 de noviembre de 1990, recordó el objetivo de estos encuentros fraternos: “Crear unos núcleos de creyentes que lleven el mensaje de salvación a todos lados, haciendo prevalecer el peso de su opinión no por imposición, sino más bien por la fuerza de su testimonio”.

En medio de un ambiente de oración lejos del bullicio de la ciudad, dos mil doscientas personas de las diferentes comunidades parroquiales de Brooklyn y Queens se dieron cita para rezar el Santo Rosario y participar de la Eucaristía presidida por monseñor Neil Tiedemann, obispo auxiliar de Brooklyn.

Luego del almuerzo se dio paso a la ultreya y a las llamadas resonancias, que son los testimonios que algunos asistentes comparten públicamente sobre cómo su encuentro con Jesús ha transformado sus vidas y las de los suyos.

Carlos Santos, un inmigrante que llegó hace varios años a Estados Unidos en busca de un mejor futuro para él y su familia, pero que terminó perdido en el alcohol, dijo: “El Señor con su infinito poder rompió las cadenas que me ataban y desde entonces puedo decirles que mi vida es completamente diferente”. Luego invitó a todos a “llevar a nuestros hermanos a vivir un encuentro personal con Dios y a sentir Su gracia y Su amor”.

Foto: Brithney Rivera. A la Ultreya de Campo de este año asistieron 2.200 feligreses de diferentes parroquias de Brooklyn y Queens.
Foto: Brithney Rivera.
A la Ultreya de Campo de este año asistieron 2.200 feligreses de diferentes parroquias de Brooklyn y Queens.

“Me alegro por todos los que han venido y de una manera especial por los líderes porque se ve el fruto del trabajo que hacen”, dijo por su parte monseñor Perfecto Vázquez, director espiritual del Movimiento de Cursillos de Cristiandad.

“Una ultreya tiene dos finalidades, la primera es renovar nuestro encuentro con Cristo como cristianos y como Cursillistas. La segunda es pasarla bien y recobrar energías para seguir trabajando”, señaló monseñor Vázquez quien recientemente recibió una placa conmemorativa al cumplir 50 años de haber asistido al cursillo que dio inicio al movimiento.

Monseñor Neil Tiedemann dijo a los presentes en la misa que no cree que haya un diácono en la diócesis que antes no haya sido cursillista y que, desde que es sacerdote, ha sido testigo del esmerado trabajo de este apostolado en la formación de líderes.

“Es muy lindo vivir esta experiencia, ver tanta gente celebrado la misa, verlos cantando y rezando con tanta fe”, dijo monseñor Tiedemann. “Creo que el Cursillo de Cristiandad es un nido para las futuras vocaciones en nuestra diócesis”, añadió el prelado. Sobre las 4:00 p.m. de aquel soleado sábado concluyó esta exitosa jornada en la que los participantes reafirmaron su compromiso de proclamar la Buena Nueva y compartir el testimonio de su encuentro con Cristo.Ultreya 1

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