Moverse entre dos mundos es toda una aventura. A veces trae dolor, a veces gozo, o unas combinación de los dos. La visita del Santo Padre a algunos países latinoamericanos y a los Estados Unidos en el mismo año es una aventura única. Nos ha dado a los inmigrantes que vivimos en este gran país la oportunidad de tener dobles desafíos y dobles bendiciones.
En mi viaje reciente a Ecuador, percibí un gran entusiasmo y esperanzas por la visita del Papa del 5 al 8 de julio. Vi afiches por todas partes, diseñados con la imagen del Papa y de la Virgen o el santo patrono de cada provincia. Todos los medios de comunicación están comprometidos en la planeación. Escuché que estaban reclutando 5.000 voluntarios que presten servicios en las misas campales tanto en Quito como en Guayaquil.
El gobierno ha decretado el cierre de las escuelas el día 6 en las provincias cercanas a Guayaquil y el 7 en las provincias aledañas a Quito. La Conferencia Episcopal ha preparado folletos catequéticos y una oración de preparación que se están distribuyendo en las misas del domingo. Los sacerdotes están animando a los feligreses de cada ciudad del país a inscribirse para asistir a las misas donando una mínima cuota para el transporte. Los músicos se han inspirado a escribir y entonar diversos himnos de bienvenida. La letra del himno oficial fue escrita por monseñor Aníbal Nieto, obispo de San Jacinto de Yaguachi:
“Bienvenido, Santo Padre, mensajero del Señor, Ecuador sus puertas abre al Pastor del Grey de Dios. Bienvenido Santo Padre, mensajero del Señor, llévanos al Evangelio por la gracia del amor”.
En los Estados Unidos la visita del Papa también está haciendo noticia. Filadelfia se ha preparado en todos los campos para recibir no sólo al Papa, sino a la multitud que llega de cada rincón del país y del mundo a tomar parte en el Encuentro Mundial de las Familias del 22 al 27 de septiembre. Mi diócesis ofreció la opción de ir por una semana, o por un día. El Movimiento de Renovación Carismática ha preparado un viaje el sábado 26 para participar en evento carismático en la mañana y Vigilia con el Papa en la noche. Lamentablemente muchos se han quedado con el deseo de asistir debido a que no había cupo para todos.
En el nivel espiritual todos podemos tomar parte de la visita del Santo Padre desde nuestras casas o parroquias. Los folletos de reflexión y oraciones preparados para la ocasión nos dan la oportunidad de unir nuestros corazones y elevar nuestras oraciones al cielo. La Conferencia Episcopal Ecuatoriana ha preparado una oración que enmarca los temas de las dos misas: la familia y la evangelización. Parte de ella dice así: “Oh Dios Padre, la noticia de la visita de tu servidor, el papa Francisco, ha fortalecido en nuestros corazones la alegría de ser cristianos, discípulos de tu Hijo Jesucristo e hijos de su Iglesia, nuestra madre. Te rogamos, Señor, que en este tiempo de espera nuestras familias se preparen como verdaderas iglesias domésticas, bendecidas y fortalecidas por el sacramento del matrimonio. Te pedimos que nuestras comunidades cristianas encuentren nuevo vigor en el testimonio gozoso del Evangelio”.
La Oración para el Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia, cuyo tema es “El amor es nuestra misión”, dice así: “Dios y Padre de todos nosotros, en Jesús, tu Hijo y nuestro Salvador, nos has hecho tus hijos e hijas en la familia de la Iglesia. Que tu gracia y amor ayuden a las familias en cualquier parte del mundo a estar en unión con las demás en fidelidad al Evangelio. Que el ejemplo de la Sagrada Familia, con la ayuda de tu Espíritu Santo, guíe a todas las familias, especialmente a las más atribuladas, a ser casas de comunión y oración y a buscar siempre tu verdad y vida en tu amor. Por Cristo nuestro Señor. Amén”. Y termina con un clamor profundo: “¡Jesús, María y José, rueguen por nosotros!”. ¡Bienvenido Santo Padre a nuestras tierras!