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Los mejores se entregan unos a otros con los brazos abiertos

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BROOKLYN, Nueva York—. Cuando los miembros del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York (NYPD) caminaron en procesión por el pasillo de la Iglesia de San Simón y San Judas en Gravesend, iban acompañados por el niño de 5 años Owen Sprague, marcando el ritmo con su batuta.

Owen Sprague ha servido de guía para que su familia se acerque más a Dios. Su padre, el detective retirado de la policía de Nueva York, Danny Sprague, tocando la gaita, es el cofundador de With Arms Open Wide, una organización dedicada a ayudar a las familias de los policías con hijos con necesidades especiales.

Owen se unió a ellos para la reverencia frente al altar de Dios y luego se sentó junto a su padre, Danny Sprague, detective retirado del NYPD.

Como durante los últimos tres años, Sprague tocó las gaitas en una misa de Acción de Gracia dedicada a la policía de Nueva York durante la fiesta de San Miguel Arcángel, patrón del cuerpo de policías. Este año, la celebración fue especial por varias de razones, según Patrick Dellamura, feligrés de San Simón y San Judas que estuvo a cargo de organizar la ceremonia. La primera de ellas es que esta coincidió con el fin de semana, lo cual permitió una mayor asistencia.

La segunda razón, fue que el detective Sprague presentó a su hijo a la congregación. Owen tiene Síndrome de Down y sirvió de inspiración para la fundación de la organización With Arms Wide Open (Con los brazos abiertos), en beneficio de la cual se realizó una colecta especial durante la Misa.

With Arms Wide Open fue creada por el detective Sprague y el oficial de policía Merritt Riley para ayudar a los oficiales que tienen hijos con necesidades especiales.

Al final de la misa el detective Sprague contó desde el atril la historia de la organización.

La idea surgió de una conversación que tuvo con el Oficial Riley después de experimentar de primera mano las complejidades de cuidar a un niño con necesidades especiales. En 2002, él y su esposa dieron la bienvenida al mundo a los gemelos, Aidan y Merritt. Menos de un año después, recibieron a su tercer hijo, Brendan. Merritt nació con hidrocefalia, lo que le provocó una parálisis cerebral.

Compartiendo el amor de la familia

El detective Sprague recuerda con cariño haber visitado a la familia Riley en aquellos primeros días. Los Riley invitaban a otros oficiales a su casa a compartir con ellos en familia. Además, Sprague y Riley eran buenos amigos, ya que habían estudiado en la academia juntos y luego fueron asignados a la misma estación policial en Brownsville. Riley fue incluso padrino de la boda de Sprague.

Así que lo más natural para Sprague fue cargar al pequeño Merritt desde que era un bebé. Les tiene un gran cariño al niño, y también a sus hermanos.

Sprague era soltero en esa época y no entendía aún las complejidades de criar a un niño, y mucho menos con necesidades especiales. Aunque conocía lo básico, Riley no compartía muchos detalles sobre la dinámica de vida en la familia.

“Somos guerreros”, dice el detective Sprague. “Pensamos que no debemos mostrar nuestra parte más vulnerable”.

Cuando el oficial Riley compartió con su amigo que estaba pensando en crear una organización para ayudar a los policías que tienen niños con necesidades especiales, hablaba de ayudar a los demás, sin atreverse a decir que él mismo necesitaba ayuda.

Años después, el detective Sprague, ahora casado, con tres hijos y un cuarto en camino, recibió una inquietante noticia: el cromosoma 21 en el genoma de su hijo por nacer está desordenado. El diagnóstico es síndrome de Down. Su esposa, Kelly, que trabajaba en el campo de la medicina, estaba angustiada. Ella había visto de primera mano cómo la enfermedad puede alterar la vida de toda la familia. Sin embargo, aún no había visto gran parte de los últimos métodos de intervención temprana. Fue un momento difícil para la familia.

El punto de inflexión para el detective Sprague fue cundo habló con la esposa del oficial Riley, y esta le dijo que no importaba por lo que estuviera pasando, que siempre había alguien peor.

Todo el mundo necesita ayuda

Así nacieron simultáneamente With Arms Wide Open y el bebé Owen. La filosofía de la organización, según el detective Sprague, es que nadie está mejor o peor que nadie. Todos necesitan ayudarse mutuamente y es una bendición que las personas lo entiendan y acepten con gratitud esa ayuda.

Dos oficiales de NYPD posando frente a la Iglesia San Simón y San Judas.

Sprague ahora entiende cómo es tener una familia que tiene la responsabilidad adicional de cuidar a un niño con necesidades especiales. Sabe que las compañías de seguros no se dan por vencidas fácilmente y que las familias tardan meses o nunca llega a ver los reembolsos. Conoce lo que es negociar con una burocracia cuando cada día es crucial para el bienestar y el desarrollo de un niño. También que es difícil mantener el equilibrio en el cuidado del hijo con necesidades especiales y no renunciar a las oportunidades o desatender para los otros niños de la familia.

Es por eso que los servicios que provee la organización están determinados por las necesidades individuales. Si una familia necesita una silla de ruedas especial para ir de excursión o a la playa para contemplar la belleza del mundo entre las visitas al hospital, With Arms Wide Open ayuda a que esto suceda, aunque una compañía de seguros lo considere innecesario. La organización también aconseja a las familias que no esperen los trámites burocráticos del seguro para comenzar terapias e intervenciones. Y el apoyo que proveen en recursos, conexiones y fondos respalda ese consejo.

Pero a menudo es difícil lograr que los oficiales acepten esa ayuda, dice el detective Sprague.

Compartir las vulnerabilidades, especialmente en el hogar, no es fácil para los oficiales de policía, dice Mons. Robert Romano, capellán principal adjunto de NYPD y párroco de Nuestra Señora de Guadalupe, en Dyker Heights. El sacerdote se ha encontrado con muchas situaciones en las que los oficiales tienen que lidiar con situaciones difíciles en el hogar. Es difícil para ellos salirse del uniforme de policías y mostrarse como civiles vulnerables. Aunque esa visión comenzó a cambiar después del 11 de septiembre de 2001. Ahora el público y los oficiales están más en sintonía con el hecho de que los policías también son personas.

Mons. Robert Romano, capellán adjunto del Departamento de Policía de Nueva York, distribuye la comunión en una misa especial en honor a la policía de Nueva York.

With Arms Wide Open está lejos de ser una organización para la autocompasión. Después de todo es una organización de policías. Se ayudan mutuamente, como en el frente de trabajo. Se llaman para saber unos de otros, aconsejarse, asegurándose de respetar a cada niño como un hermoso regalo de Dios. A esto se refirió el detective Sprague al final de la misa.

No te quedes mirando y actúa

“Cuando te sorprendas mirando a alguien que luzca un poco diferentes, debido a alguna una discapacidad”, dijo, “deja de mirar e involúcrate, no seas tímido, saluda”.

Puede haber una razón por la que esa persona te llamó la atención, puede ser que Dios intente decirte algo. Un simple acto de bondad puede ayudar a un niño discapacitado y un pequeño cumplido puede crear una conexión que trascienda las palabras. Es importante no ignorar a los niños, dijo Sprague, y no hablar de ellos como si no estuvieran allí.

Det. Sprague y Owen con Wei Tang Liu y Xiu Yan Li, los padres de NYPD Det. Wenjian Liu, quien fue asesinado en su coche patrulla en 2014. Msgr. Cassatto les dio un agradecimiento especial durante su homilía.

Un sentido de comunidad y amabilidad puede significar muchísimo para cualquier persona, especialmente cuando se sienten abrumados.

El padre John Maduri, administrador parroquial quieren asegurarse de que los oficiales y sus familias sepan que la comunidad los respalda. Además de orar con ellos, honrarlos y apoyarlos, el Padre Maduri dijo que estaba agradecido de poder compartir la Eucaristía con ellos. No hay vínculo más fuerte que Dios.

Durante su homilía, Mons. David Cassato, también capellán de la policía de Nueva York, agradeció a los muchos miembros de la fuerza policial y a sus simpatizantes. Él los confió a Dios y a la protección de San Miguel Arcángel.

El Detect. Sprague dijo que nunca entendió a Dios tan bien como lo ha hecho desde que Owen entró en su vida. Cuando recibió el diagnóstico por primera vez, sus padres lo urgieron a asistir a una misa de curación, no para cambiar quién sería Owen, sino para ayudarlo a ser lo más feliz y saludable posible.

“La vida te va a dar cosas, tu fe es lo que te va a ayudar a entenderlas”, dijo.

Haciendo espacio para Dios

Owen cambió a su familia, pero no de la manera que ellos esperaban. Ayudó a hacer espacio para Dios. Ahora entienden cuánto confían en él. Ahora todo está planeado en torno al sacrificio dominical. Los hermanos mayores de Owen también están involucrados y quieren aportar en todo lo que puedan.

El detective Sprague ahora entiende por qué las personas dicen que Dios hizo a los niños Síndrome de Down para ayudar a la humanidad a recordar la pureza: “Ahora creo que fue realmente un regalo de Dios”.