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No tengan miedo de las crisis, dice el Papa a jesuitas

CIUDAD DEL VATICANO (Por Carol Glatz/CNS)—. No hay crecimiento sin alguna forma de crisis como no hay victoria sin batalla, dijo el Papa Francisco a un grupo de jesuitas.

De hecho, “lo peor que puede sucedernos”, es sentirnos cada vez más satisfechos, complacidos y mundanos en nuestra propia vida espiritual, dijo.

El Papa Francisco se dirigió este 3 de diciembre al claustro y los estudiantes del Colegio Internacional Gesu de Roma, fundado por el difunto padre jesuita Pedro Arrupe en 1968, en la Sala del Consistorio.

En su mensaje, el Papa hizo un llamado a la comunidad jesuita a fortalecer sus raíces en Dios y a crecer en el amor.

“Las plantas crece de las raíces, que no podemos ver, pero lo contienen todo. Y dejan de fructificar, no cuando pierden algunas ramas, sino cuándo se les secan las raíces. Tener raíces es tener un corazón bien injertado” entregado a Dios, permitiendo que el corazón se expanda y esté vivo, dijo.

“No hay crecimiento sin crisis. No tengan miedo de las crisis”, les dijo, añadiendo que son necesarias de la misma manera que no existe “fruto sin poda, ni victoria sin batalla”.

“Crecer y enraizarse significa luchar sin descanso contra toda espiritualidad mundana, que es el peor mal que puede suceder”, dijo.

Si tal mundanalidad “ataca las raíces, entonces adiós a las frutas y adiós a las plantas. Para mí, este es el mayor peligro en este momento”, esa mundanidad espiritual que te lleva al clericalismo y todo lo demás, agregó.

Dijo que dos signos positivos de crecimiento son la obediencia y la libertad, la libertad de uno mismo y de la esclavitud que el egoísmo traería.

Los hermanos jesuitas están llamados a ofrecerse y ser “uno” con las personas en cada situación y “cuidar del mundo que Dios ama”.

Los jesuitas están llamados a estar en la periferia “y en los desiertos de la humanidad” durante las situaciones delicadas.

Puede que se encuentren “como ovejas entre lobos, pero deben combatir a los lobos, pero sin convertirse en uno de ellos. Deben seguir siendo ovejas”, para que de esta forma Jesús, el Buen Pastor, sepa “dónde encontrarlos”.