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Una mañana en tiempos de guerra

Las mañanas en mi país ya no son buenas y tranquilas, como solían serlo. Ahora, cada mañana en Ucrania está llena de la muerte de nuestros niños inocentes, de la muerte de gente pacífica, ¡llena de familias destruidas!

Cada día, una nueva ciudad ucraniana se incendia por los bombardeos de los ocupantes, cada momento una vida humana termina bajo el derrumbe de algún edificio… Estas pérdidas parecen no tener fin…

Ya no hay tiempo para los asuntos cotidianos en mi pueblo. Todos estos días, mi gente deja de lado todo, para ofrecerse como voluntarios. Recogen ayuda para los militares, reparten alimentos y buscan refugio para los emigrantes; también rezan mucho y persistentemente. 

La gente sale a la calle sin miedo contra una columna de tanques. ¡Protestamos contra los ocupantes armados!  Mi pueblo está más unido que nunca frente al enemigo. Pero aun así, esta guerra continúa…

Muchas son las madres que con sus hijos pequeños escapan cada día al extranjero.  Pero también somos muchos los que seguimos aquí para ser útiles y convertirnos en una retaguardia fiable para nuestros defensores.

Tenemos claro que hoy nosotros luchamos por todo el mundo. Si crees que la acción militar es imposible en tu país; pues también nosotros creíamos los mismo hasta el pasado 24 de febrero; pensábamos que la guerra en Ucrania era imposible.

Hoy Ucrania se ha convertido en un escudo para Europa.  Por favor, ¡escúchanos y ayúdanos!

¡Todas las oraciones, donaciones, palabras de apoyo y presión sobre las autoridades para cerrar el cielo de Ucrania, proteger la seguridad de la infraestructura crítica (centrales nucleares), el fortalecimiento del sistema de defensa aérea, el suministro de aviones, armas, combustible – son necesarios para nosotros para contrarrestar al enemigo!

¡Por favor, no nos niegues tu mano en estos momentos difíciles para los ucranianos! Para que podamos volver a ver mañanas buenas y tranquilas, como las tuyas, también en nuestras tierras.

Diana Motruk

(Diana es licenciada en periodismo y filología ucraniana, trabaja en el departamento de comunicación de la Universidad Católica Ucraniana de Lviv, y actualmente está embarazada. Ella junto a su esposo, el padre Mykola Motruk, ahora trabajan como voluntarios en la misma ciudad ucraniana).