Melania Maldonado es cantante lírica y popular, concertista, y profesora de canto. Nació en 1965 en la provincia de Loja en Ecuador y creció en Quito. Desde pequeña mostró gran pasión por la música, ya que proviene de una familia de músicos autodidactas que acostumbraban a cantar al ritmo de las tonadas de una guitarra.
“Los lojanos nos caracterizamos por llevar el arte en la sangre. Se heredan las aptitudes, pero el talento jamás, porque este es el resultado de un desarrollo y un entrenamiento académico”, dice Melania quien es cantante mezzosoprano.
En 1987 estudió canto en el Instituto Superior de Arte (ISA), en La Habana, Cuba, donde residió por siete años alternando sus estudios con presentaciones profesionales como solista en salas, teatros, radio y televisión. En 1994 regresó a Ecuador y dos años después fundó una escuela de canto en la capital, ciudad que es conocida como ‘la Florencia de América’.
Así nació su vocación de enseñar, la cual ha mantenido viva desde entonces. Su hermano mayor, quien lamentablemente falleció hace poco más de un año, la animaba a venir a encontrarse con él en los Estados Unidos.
“Fue como mi padre. Vivía aquí y me apoyó para que yo siguiera estudiando […] me decía ‘es que tú trabajas como esclava y ganas como esclava, con esa formación que tienes deberías venir a los Estados Unidos’”.
Melania viajó a EE.UU. en el 2001, a un encuentro mundial de talentos representando a Ecuador, y justamente su primera interpretación fue escuchada por un señor que buscaba una profesora latina para dar clases en un programa que él lideraba en el Bronx. Así, la talentosa ecuatoriana daba sus primeros pasos abriéndose camino en Estados Unidos.
“Me dio el trabajo e inmediatamente me conectó con una persona para venir a dar clases en el espacio donde, desde hace 18 años, tengo mi studio privado de voz y de canto”, explica Maldonado, propietaria de Melania Music, en Manhattan cerca de Bryant Park. Para Melania la enseñanza es una vocación que le alimenta el alma.
Por su estudio han pasado alumnos de múltiples culturas y países buscando aprender canto o perfeccionar sus habilidades vocales en diferentes ritmos musicales.
Para ella, el hecho de prepararse permanentemente es fundamental por lo que ha tomado clases magistrales con personalidades de la talla de Joyce Didonato (mezzosoprano), maestra del Metropolitan Opera House, Margaret Reynolds (soprano), Conchita Antuñano (soprano), Arturo Callegari (tenor) y Bill Shumman (tenor), entre otros.
Hasta hoy Melania ha grabado dos trabajos discográficos. ‘Contacto Ternura’ que cuenta con piezas de música internacional y composiciones de su inspiración, y ‘Volver’, producción que incluye música tradicional de su natal Ecuador.
Así mismo su canción ‘Yo tengo un sol en mi corazón’ fue la banda sonora del cortometraje ‘La Vida Blanca’ de Jack Hartnett. Actualmente Melania está renovando su studio y ofrece clases en línea para niños, adolescentes y jóvenes adultos y no solo de canto sino también sobre cómo proyectar la voz.
En este sentido ha entrenado a directores ejecutivos de corporaciones, sicólogos, abogados y personas de múltiples profesiones sobre cómo dirigirse a un público. “Todos los seres humanos deberían estudiar cómo manejar su voz, canten o no, porque uno comienza a conocer todo lo que tiene dentro y todo lo que implica ese instrumento que es la voz”, asegura.
“La voz es el instrumento más complejo, pero a la vez el más hermoso porque es el que transmite tus emociones […] lo haces de adentro hacia afuera y eso se logra definitivamente con técnica y trabajo porque a medida que crecemos vamos adquiriendo malos hábitos incluso con la respiración que es lo básico”, afirma Melania quien alerta sobre la importancia de una buena respiración para que la dicción, articulación, fraseo y entonación no se vean afectadas.
El fin último de su trabajo va más allá del manejo de la voz, porque en el camino se desarrolla esa sensibilidad propia de los artistas que ha cobrado importancia en momentos como los que atraviesa el mundo actualmente, donde las cosas materiales son simplemente eso: materia.
“Estamos olvidando que tenemos sentimientos, que no podemos transformarnos en máquinas de hacer dinero cuando hay valores que no se pueden perder porque si no ¿a dónde va la sociedad?, ¿a dónde vamos si perdemos la sensibilidad, el amor por el prójimo?”, reflexiona.
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Lo que Melania quiere, especialmente con las nuevas generaciones, es despertar esa sensibilidad que les va a sumar en sus vidas sea que en el futuro se dediquen o no a la música.
Ella ha visto y está convencida que a través de esta enseñanza se aprende disciplina y se gana seguridad, lo cual se puede aplicar en cualquier campo a lo largo de la vida.
Aunque la crisis por la pandemia la ha tocado, como a todos, Melania es optimista. “Estamos vivos, sanos y seguimos luchando, no hay porqué quejarnos tenemos que seguir adelante”.
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