Son los años 80. Jacob y su esposa Monica, jóvenes inmigrantes coreanos, se trasladan a una pequeña comunidad rural de Arkansas, después de varios años trabajando en granjas avícolas en California, donde nacieron sus hijos, Anne y David.

Jacob aspira a realizar su versión del sueño americano: convertirse en un agricultor independiente y producir frutas y hortalizas para el creciente mercado coreano en el país, pero Monica preferiría vivir en la ciudad, en condiciones menos rústicas y más cerca de un hospital en el que atender, en caso de urgencia, el padecimiento cardíaco congénito de David.

Sus fuertes peleas sobre el tema, que alarman a los niños, se aquietan cuando acuerdan que Soonja, la madre de Monica, venga a vivir con ellos. Abuela atípica —David se queja de que “no sabe hornear galletitas” y “huele a Corea”—, trae consigo la sensatez de la edad y una renovación de las raíces culturales familiares.

El director Lee Isaac Chung creció en la Arkansas rural y conoce muy bien el reto de la inserción, como inmigrante coreano, en ese ambiente, pero sería reductivo abordar Minari en términos sociológicos relacionados con el tema de la diversidad cultural.

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La película mira mucho más allá: al empeño de una familia —cualquier familia— por construirse un hogar, y el modo mismo en que entendemos qué es el hogar.

Una casa, un entorno geográfico, una comunidad civil y religiosa, el trabajo, con sus logros y fracasos, las historias personales de sus miembros y el modo en que se entrelazan entre sí y con las historias de quienes los rodean, y sí, también el legado, a veces tenue, pero siempre presente, de la propia cultura de origen, todo ello forma parte del hogar.

Un guion extraordinario, magníficas actuaciones, una hermosa banda sonora, todo coopera a convertir Minari en una experiencia entrañable, capaz de resonar con la experiencia vital de cualquier espectador.

Minari es el nombre en coreano de un vegetal de hojas verdes, que algunos llaman apio de agua.

Como es muy apreciado en la cocina coreana, la abuela trae semillas, que aportan al relato un título intrigante, un resultado sorprendente y una bella metáfora.

Desde su estreno mundial en enero de 2020 en el Festival Sundance, donde ganó el Premio Especial del Jurado y el Premio del Público, Minari ha recibido aclamación universal, materializada en decenas de premios y nominaciones.

Ganó el Globo de Oro a la mejor película en idioma extranjero y el Oscar a la mejor actuación femenina de reparto (la abuela, Yuh-Jung Youn), y tuvo otras nominaciones de la Academia, en las categorías de mejor película, guion, actuación protagónica masculina (el padre, Steven Yeun) y banda sonora.

Después de proyectarse en varios festivales cinematográficos, tuvo un estreno limitado en salas en diciembre, y su estreno nacional se produjo el 12 de febrero.

Está disponible en casi todos los principales servicios de streaming.

Minari / Estados Unidos / 2020 / Color, 115 minutos / Dirección: Lee Isaac Chung / Intérpretes: Steven Yeun, Yeri Han, Noel Kate Cho, Alan Kim, Yuh-Jung Youn, Will Patton.

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Gustavo Andújar es Expresidente de SIGNIS, Asociación Católica Mundial para la Comunicación. Puedes seguirlo en su cuenta de Twitter.