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Misa de bienvenida a monseñor Neil Tiedemann

El 4 de agosto la Diócesis de Brooklyn dio la bienvenida a su nuevo obispo auxiliar, monseñor Neil Tiedemann, C.P. La misa fue celebrada por monseñor Nicholas DiMarzio. Lo acompañaban varios de sus obispos auxiliares, así como unos 300 sacerdotes, diáconos y laicos. La misa contó también con la presencia del Cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York.

Para monseñor Tiedemann su designación constituye un regreso a casa. El obispo nació en nuestra diócesis y aquí fue al seminario y estudió en la Universidad de St. John. En esta diócesis también fue ordenado como sacerdote de la orden de los Padres Pasionistas el 16 de mayo de 1975, en el Monasterio de la Inmaculada Concepción en Jamaica, Queens.

Sin embargo, como dijo monseñor DiMarzio en su homilía, “monseñor Tiedemann tiene un espíritu misionero”. Estudió el español, que habla con perfecta fluidez, en España y Bolivia. Y ha trabajado como misionero en Honduras.

En 2008, el papa Benedicto XVI lo nombró obispo de Mandeville, en Jamaica. Por una coincidencia simbólica, monseñor Tiedemann fue ordenado como sacerdote en el barrio de Jamaica, Queens, y fue destinado como obispo a una diócesis de Jamaica, la isla y nación del Caribe.

Además de sus tareas como obispo auxiliar, monseñor Tiedemann ha sido nombrado párroco de San Matías, la parroquia de Ridgewood, en Queens. También estará a cargo del ministerio pastoral de los fieles caribeños y afrodescendientes de la Diócesis. Como él mismo ha dicho, Brooklyn tiene más católicos afrodescendientes — casi un cuarto de millón— que cualquier otra diócesis de los Estados Unidos.

Monseñor Tiedemann se convierte en el sexto obispo auxiliar de Brooklyn. En su saludo al final de la misa, el Cardenal Dolan recordó que su arquidiócesis tiene cinco obispos auxiliares, mientras que ahora Brooklyn tiene seis. “Parece que ustedes han ganado la serie del Subway”, bromeó el Cardenal.

“Es una alegría regresar a casa, a Brooklyn”, dijo el nuevo obispo auxiliar en sus palabras de agradecimiento. Fue un sentimiento confirmado tras la celebración: una larga fila de viejos amigos y feligreses fueron a abrazar a monseñor Tiedemann, que los recibía entre risas y recuerdos.

Al final de la larga fila, le pedimos a monseñor Tiedemann que enviara un mensaje para los lectores de Nuestra Voz y para la comunidad hispana de la Diócesis que abarca Brooklyn y Queens. Hablando en español, esto fue lo que nos dijo:

“Que Dios les bendiga. Rezo para que la Virgen les proteja y les guíe. Es un placer volver a Brooklyn, estar con esta comunidad. He pasado casi todo mi sacerdocio en esta diócesis y es un privilegio volver a renovar las amistades que tenía. Pero aún más especial: siempre he encontrado el rostro de Cristo en las personas a las que he servido y he conocido acá, y espero que, de regreso en Brooklyn, de nuevo yo voy a encontrar a Cristo resucitado en ustedes”.