WINDSOR TERRACE — Mons. Kevin Sweeney, hijo de inmigrantes irlandeses nacido en Queens, pasó de ser párroco a convertirse en prelado de una diócesis que abarca tres condados del noroeste de Nueva Jersey y sirve a 430.000 católicos en 108 parroquias.
Tras un año de episcopado, Mons. Sweeney, que es el octavo obispo de la Diócesis de Paterson, se ha asentado cómodamente y espera con ansias el futuro.
“No es una sorpresa todos los días, pero ha habido algunas sorpresas cada semana”, dice Mons. Sweeney. “Descubriendo todas las responsabilidades que tiene un obispo, ha habido muchas sorpresas agradables, como la vitalidad de las iglesias en la diócesis, los diferentes ministerios y ciertamente el liderazgo diocesano. No es que deba sorprenderme de que haya un buen liderazgo, pero es importante ver eso y conocer a los líderes”.
La Diócesis de Paterson incluye áreas rurales junto con ciudades y suburbios.
“La geografía de los tres condados de Passaic, Morris y Sussex que componen la diócesis es un poco diferente de la composición de Brooklyn y Queens”, dice. “Estoy un poco más acostumbrado a [las ciudades] que a algunos de los lugares rurales del condado de Sussex. Esos lugares rurales son muy hermosos. Ha sido agradable conocerlos”.
“¿Pero en términos de la gente? Las personas de fe son personas de fe”, agregó el obispo.
Mons. Sweeney asumió su papel en un momento difícil. La pandemia de COVID-19 estaba en su momento más letal en el área triestatal y el cierre ordenado por el gobierno obligó al cierre de iglesias y ministerios en persona. La pandemia también afectó la ordenación del obispo. La asistencia a su misa de instalación, que tuvo lugar el 1 de julio de 2020 en la Catedral de San Juan Bautista, se limitó a menos de 200 personas.
Cuando se instaló en su cátedra, el obispo Sweeney quedó impresionado por la forma en que la diócesis manejó la crisis del coronavirus.
“Caridades Católicas de Paterson estuvo muy activa en todo momento, tratando de satisfacer las necesidades de la gente”, dijo. “Vi las instalaciones de atención médica aquí en Paterson, especialmente el Hospital St. Joseph, haciendo todo lo posible para cuidar a los enfermos y mantenernos a salvo”.
De alguna manera, el COVID-19 unió a las personas y fortaleció su fe, señaló el obispo.
“Era algo por lo que estaba pasando toda la familia humana. Nunca sabemos lo que Dios tiene reservado para nosotros”, reflexiona. “Sí, hubo desafíos, pero a medida que aprendemos a través de la Cruz, Dios puede traer bendiciones incluso durante los momentos más difíciles”.
Una de las tareas más importantes que tiene por delante es aumentar las vocaciones al sacerdocio, un territorio familiar para él, ya que se desempeñó como director de vocaciones de la Diócesis de Brooklyn del 2004 al 2010.
La Diócesis de Paterson cuenta con 280 sacerdotes diocesanos, 95 sacerdotes de órdenes religiosas y 581 religiosas, según estadísticas proporcionadas por la diócesis. El 29 de mayo, el obispo Sweeney ordenó a dos nuevos sacerdotes en una misa en la Catedral de San Juan Bautista.
Encontrar hombres jóvenes para el sacerdocio ha sido un desafío.
Los retiros vocacionales estaban fuera de discusión en el 2020 y gran parte del 2021, junto con otros eventos, como ministerios en campus universitarios y ministerios juveniles en parroquias, donde los funcionarios de la iglesia podrían tener conversaciones en persona con posibles sacerdotes.
“Cuando miras algunas de las cosas, como unir a la gente, no hemos podido hacer esas cosas durante la pandemia”, dijo el obispo.
Con la reducción de las restricciones, espera impulsar las vocaciones.
“El obispo (Arthur) Seratelli, quien me antecedió aquí en Paterson, ha establecido una muy, muy buena base para promover las vocaciones sacerdotales”, dijo. “Y haber sido director de vocaciones en la Diócesis de Brooklyn durante seis años, está cerca de mi corazón”.
Mons. Kevin Sweeney sonríe cuando recuerda su reacción a la llamada telefónica que recibió en marzo de 2020 de un funcionario del Vaticano, diciendo que el papa Francisco lo estaba nombrando nuevo obispo de la Diócesis de Paterson, Nueva Jersey.
“No reconocí el número, así que lo dejé ir al buzón de voz”, dijo, recordando que al ver en el identificador de llamadas el número del arzobispo Christophe Pierre, el nuncio papal del Vaticano en los Estados Unidos, no le resultó para nada familiar.
Se necesitó otra llamada telefónica antes de que la noticia que cambió la vida del entonces padre Sweeney, quien había servido como párroco de la Iglesia de St. Michael en Sunset Park durante 10 años, llegara a término.
“Revisé mis mensajes y había uno del arzobispo Pierre que decía que quería hablarme de algo. Lo único que me vino a la mente fue: “¿Para que me estaría llamando el Nuncio?”. Marqué el número y contestó de inmediato. Fue directo al grano, que el Santo Padre me estaba nombrando el próximo obispo de Paterson”, dijo.
El obispo Sweeney tiene mjy buenos recuerdos de su Misa de ordenación.
“Cuando entramos al comienzo de la ceremonia, realmente sentí la presencia de mis padres. Tenía la sensación de que estaban allí”, dijo.
Su padre, James Sweeney, falleció en 1980. Su madre, Agnes, falleció en 2017.
El obispo Sweeney nació en 1970, creció en Queens y asistió a la iglesia de St. Luke en Whitestone. Mons. Sweeny es graduado de Cathedral Prep School and Seminary, donde fue la estrella del equipo de béisbol, luego pasó a Cathedral Seminary House of Formation y obtuvo una licenciatura en filosofía de la Universidad St. John’s. Ingresó al Seminario de la Inmaculada Concepción y fue ordenado sacerdote en 1997.
Aunque ya hace un año que no está en la diócesis, el obispo dijo que ha mantenido estrechos vínculos con la Diócesis de Brooklyn: “He regresado a St. Michael’s algunas veces”. Y, el 20 de junio, volvió a su parroquia de origen, St. Luke’s, para celebrar una Misa de Acción de Gracias.