PROSPECT HEIGHTS — La Misa de la Cena del Señor, que que se celebra el Jueves Santo, rememora la institución de la Eucaristía como el verdadero Cuerpo y Sangre de Jesucristo, y la institución del sacerdocio.
Mons. Nicholas DiMarzio, el obispo de Brooklyn, celebró la Misa de la Cena del Señor en la Concatedral de San José este 1 de abril. En su homilía, Mons. DiMarzio se refirió a la importancia esencial de esa noche para los cristianos. También habló sobre el rito del lavatorio de pies, que no se realizó este año debido a la pandemia.
“Hay una conexión con el bautismo y lo que Jesús hizo al lavar los pies de sus discípulos”, explicó Mons. DiMarzio. “No solo fue un signo de humildad, sino que también les mostró que podían quedar limpios, podían ser perdonados.
“La tradición nos dice que Jesús lavó los pies de Judas, el traidor, en primer lugar, y no los de Pedro, el líder de los apóstoles. Pedro, sin embargo, protesta como escuchamos en el Evangelio, lo que le da a Jesús la ocasión de decir que ‘tenía Pedro tenía que lavarse, purificarse’, que es la necesidad del bautismo en sí”, continuó el obispo.
“Esta noche, nuestra rememoración de la acción de Jesús nos da una lección de humildad y solidaridad unos con otros, ya que somos uno en la iglesia”.
Foster Gonsales, que asiste a la Concatedral de San José y a la parroquia de San Francisco Javier en Chelsea, Manhattan, dijo que asiste a la mayoría de las misas y servicios durante el Triduo de Pascua. “No puedo imaginar una realidad sin ir a la iglesia durante la Semana Santa”, dijo.
De la misma manera, Norma Félix, miembro del Centro Nacional del Apostolado Haitiano, dijo que la Misa de la Cena del Señor es una de sus misas favoritas del año. “Ese es el aniversario, el nacimiento de la Eucaristía para mí”, dijo. “Nunca me la pierdo”.
Félix dijo que no poder asistir a misa al comienzo de la pandemia fue particularmente difícil para ella, porque extrañaba recibir la comunión.
“Es como un alimento, algo que ni siquiera puedes ver, pero lo sientes, lo vives y se convierte en parte de ti”, explicó.
Keith Alphonso, quien también asiste a misas en Manhattan y Brooklyn, dijo que el regreso a la iglesia ha sido un paso hacia la normalidad para él.
“Es magnífico estar aquí”, dijo Alphonso en la Concatedral de San José. “Sé que hemos pasado la parte difícil de la pandemia, y venir aquí es casi … una sensación de que quieres dar las gracias”.
Al final de la misa, Mons. DiMarzio llevando el Santísimo Sacramento cubierto al monumento. Los feligreses tuvieron la oportunidad de continuar la Adoración del Santísimo Sacramento, arrodillándose cerca y rezando en silencio en una catedral apenas iluminada.