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Monseñor Barres es nombrado obispo de Rockville Centre

Al expresar que estaba dispuesto a dar su vida por el pueblo de Long Island, monseñor John O. Barres fue nombrado el 31 de enero como quinto obispo de la diócesis de Rockville Centre. La toma de posesión tuvo lugar en la catedral de St. Agnes, en Rockville Centre, en presencia de tres cardenales, más de 60 obispos y sacerdotes, religiosos y muchos laicos que colmaron la iglesia.

Los católicos de la diócesis de Rockville Centre fueron acompañados por muchos fieles que llegaron en autobús desde la diócesis de Allentown, Pensilvania, donde monseñor Barres fungió como obispo desde el año 2009. La investidura también contó con la presencia de líderes del gobierno local y otros líderes ecuménicos e interreligiosos de Long Island.

El arzobispo Christophe Pierre, nuncio apostólico en los Estados Unidos, leyó la carta de nombramiento del papa Francisco, y el cardenal Timothy Dolan entregó al obispo Barres el báculo, símbolo de su autoridad, y lo condujo hasta la cátedra, sillón desde donde el obispo preside los oficios litúrgicos. También estuvieron presentes los cardenales jubilados Theodore McCarrick y Justin Rigali.

En representación de la diócesis de Brooklyn estuvieron monseñor Nicholas DiMarzio y los obispos auxiliares Octavio Cisneros, Raymond Chappetto, James Massa, Witold Mroziewski y Neil Tiedemann.

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Al nal de la celebración, monseñor Barres, el nuevo obispo de Rockville Centre, saludó a los laicos. Fotos: Ed Wilkinson / The Tablet

Monseñor Barres, de 56 años, es el sucesor del obispo William Murphy, cuya renuncia por las límite de edad fue aceptada el pasado mes de diciembre.

El obispo Barres dedicó un fragmento de su homilía a todos los segmentos de la diócesis, pero dirigió una prédica especial a los sacerdotes y los jóvenes.

“Queridos hermanos sacerdotes de la diócesis de Rockville Centre… estoy ansioso de verlos por primera vez y experimentar la gracia de Jesús que emana de sus rostros pastorales, jóvenes y ancianos, rostros sacerdotales iluminados por vuestro celo y la caridad pastoral diaria, rostros sacerdotales iluminados por horas y horas en silente contemplación frente al Santísimo Sacramento”, dijo.

“Deseo discernir con vosotros nuestros sacerdotes, diáconos, religiosos y laicos, la obra del Espíritu Santo en nuestras parroquias; parroquias que son escuelas de oración, santidad y de Nueva Evangelización”.

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En representación de la diócesis de Brooklyn, concelebró monseñor Nicholas DiMarzio. Foto: Ed Wilkinson / The Tablet

Se dirigió a los jóvenes de la diócesis diciendo: “Estoy emocionado por su futuro en Jesucristo y la forma en que ustedes — como diría el papa Francisco— ‘sacuden la Iglesia y al mundo’ con su entusiasmo y su deseo de dedicar sus vidas a Jesús y a la misión de la Iglesia Católica universal. Estoy deseoso de conocerles. Estoy deseoso de servirles”.

También invitó a todos los católicos de la diócesis, entre el 31 de enero y el 1 de marzo, a llevar a misa a un amigo o pariente no practicante y “con delicadeza, humildad, compasión y sin prejuicios, dar testimonio de su hermosa relación con Cristo, su amor por la misión de la Iglesia Católica y cómo esto enriqueció e inspiró sus vidas”.

“Comunión y misión”

Monseñor Barres también dijo a la congregación que él, al igual que todos ellos, están llamados a ser “hombres y mujeres de comunión y misión”. “Estamos llamados a ser santos”, afirmó.

Luego añadió que esperaba “experimentar las vibrantes, acogedoras, nuevas parroquias evangelizadoras de la diócesis” y conocer a la mayor cantidad de personas posible.

Además de saludar a los eles de su nueva diócesis, el obispo Barres se acercó a los que se habían alejado de la Iglesia Católica.

“Hago un llamado a todos los católicos que se han apartado de la diócesis para que regresen al poder de la Palabra de Dios, al poder del sacramento de la penitencia, al poder de la misa”, dijo. “Lo siento mucho si usted ha sido lastimado o la iglesia lo ha decepcionado de alguna manera; hoy estamos aquí para apoyarlo, para escucharlo y para darle amor”.

Durante su mandato en Allentown, monseñor Barres inició un proceso de plani cación pastoral para las parroquias de toda la diócesis. Pidió que establecieran un consejo parroquial e hicieran del apoyo a las escuelas católicas una prioridad; pidió refuerzo en la misión evangelizadora y los ministerios pastorales, y alentó el uso de las redes sociales para evangelizar y difundir la palabra de Dios. A nivel nacional, es miembro del Comité de Evangelización y Catequesis de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos y es el enlace episcopal de la conferencia episcopal con las Obras Misionales Ponti cias.

El 9 de diciembre, cuando fue nombrado para dirigir la diócesis de Rockville Centre, el obispo Murphy dijo de su sucesor: “Tengo la profunda certeza de que él será un obispo para todos nosotros, sin excepción. Ha compartido conmigo su amor por los jóvenes y su cuidado por los ancianos. Tiene un sentido agudo de la vida parroquial y una especial experiencia en educación. Siente un profundo amor por los pobres”.

Monseñor Murphy también añadió que el nuevo obispo de Rockville Centre “será un buen vecino de nuestros hermanos y hermanas” de otras confesiones cristianas, así como de los eles judíos, musulmanes y los muchos líderes cívicos y políticos con quienes la iglesia trabaja “en la construcción de Long Island para las generaciones futuras”. Describió al obispo Barres como “un hombre de oración”, por encima de todo.