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Monseñor Brennan abre la celebración del bicentenario con una Misa celebrada en “el centro de nuestra Diócesis”

DOWNTOWN BROOKLYN — El 1 de enero no solo marcó el comienzo del Año Nuevo, sino también el comienzo de una celebración de un hito importante en la Diócesis de Brooklyn que durará todo un año

Este año marca el 200mo aniversario de la fundación de la Iglesia de St. James (que finalmente mas tarde se convirtió en una catedral), donde Mons. Robert Brennan celebró la misa el día de Año Nuevo.

Entre los eventos programados para celebrar el bicentenario de la Basílica catedral de St. James, se incluyen una serie de conciertos musicales y una misa en el mes de julio para celebrar la fiesta de St. James.

Mons. Brennan señaló que la Iglesia de St. James se estableció en 1822 como la primera iglesia en Long Island cuando un grupo de católicos solicitó a la Arquidiócesis de Nueva York que construyera la iglesia en Brooklyn.

“Fue un gran momento para ellos. ¿Quién sabía qué gran momento sería para todos nosotros generaciones más tarde? dijo Mons. Brennan antes de la misa.

“La catedral de St. James ha servido como un verdadero centro de nuestra diócesis durante muchos, muchos años”, agregó.

St. James, que fue designada catedral cuando se estableció la Diócesis de Brooklyn en 1853, ha visto mucha historia a lo largo de los siglos.

La iglesia original, que fue severamente dañada por una serie de incendios en 1883 y 1889, fue reemplazada por la actual catedral en 1903.

Generaciones de sacerdotes y diáconos fueron ordenados allí y eventos importantes, como la Misa Crismal anual, tuvieron lugar dentro de sus muros hasta que la necesidad de contar un lugar mayor llevó a la Iglesia de St. Joseph en Prospect Heights, a ser elevada como co-catedral en el año 2014.

Padre Bryan Patterson, actual párroco de St. James, dijo que espera que el año del bicentenario ayude a devolver a la catedral el lugar que le corresponde como una institución importante en la mente de los católicos de Brooklyn.

Los católicos deben sentirse orgullosos de la historia de la catedral, dijo, y agregó: “Vivimos en una ciudad que se renueva y reinventa constantemente. Y aquí tenemos una catedral que ha resistido la prueba del tiempo.”

La catedral ha jugado un papel vital para los sacerdotes que sirvieron allí. Monseñor John Strynkowski, quien fue párroco desde el 2005 al 2015, dijo que la Misa fue emotiva para él.

“Es un día muy conmovedor, considerando los 200 años de existencia de esta parroquia, su historia y el efecto que ha tenido en la diócesis”, dijo.

La catedral es importante para la historia de la diócesis. Pero también es parte de la historia en la vida de muchos de los que asisten regularmente a la misa allí.

Isabel Navarro ha venido a misa a St. James por más de 30 años. Allí su hija recibió la primera comunión y allí también su nieto fue bautizado.

“Hoy es un día maravilloso. Me siento muy orgullosa de mi hermosa iglesia”, dijo, y agregó que le encanta el ambiente cálido y acogedor que fomentan los feligreses. Antes de la pandemia de COVID-19, todos se reunían para tomar un café después de la misa los domingos.

Althea Forde-Jobe, quien viaja desde el este de Nueva York para asistir a misa en St. James, dijo que siente el peso de la historia cada vez que ingresa al edificio. “Esta es la iglesia madre. No hay duda de eso”, dijo.

Si bien la Catedral Basílica de St. James tiene un pasado glorioso, también tiene un futuro brillante, afirmó Mons. Brennan.

“Es un centro de oración, un centro de peregrinación, y esperamos que durante este año jubilar recuperemos esa idea de peregrinación, que la gente de nuestra diócesis y de otros lugares pueda venir aquí como un lugar de oración, como un lugar de encuentro con el Señor”, agregó.