ASTORIA — La primera Misa celebrada en lo que entonces era la recién establecida Parroquia Most Precious Blood (de la Preciosísima Sangre) se llevó a cabo en la fiesta del Corpus Christi en 1922. Cien años después, Mons. Robert Brennan vino a la parroquia de Astoria para celebrar la fiesta y recordar a los fieles la importancia de reconocer la presencia de Jesucristo en la Eucaristía.
La Fiesta del Corpus Christi de 2022, que tuvo lugar el domingo 19 de junio, se produjo en un momento en que un gran número de católicos estadounidenses (casi dos tercios, según una encuesta nacional) afirman no creer que Jesús esté realmente presente en la Eucaristía; piensan que el pan y el vino que se reparten en la Misa son sólo símbolos y nada más.
Mons. Brennan está buscando corregir este error y ayudar a los católicos que están vacilando a que vuelvan a la verdadera fe, que en su opinión, comienza con la aceptación de la realidad de la Eucaristía.
“Encontrar a Jesús es lo que significa estar en esta iglesia”, dijo. “La Eucaristía es el corazón y el alma de todo”.
Anteriormente, Mons. Brennan le dijo a “Nuestra Voz” que Jesús no es una figura de un pasado distante, sino que está muy presente en el mundo de hoy. “El Señor Jesús está vivo y camina entre nosotros hoy”, dijo. “A través de la Eucaristía, Él hace por nosotros exactamente lo que hizo por las multitudes en el Evangelio. Él nos enseña sobre el Reino de Dios. Él nos cura y nos alimenta”.
La Misa, que concluyó con una procesión por las calles de Astoria en la que Mons. Brennan llevó el Santísimo Sacramento en una custodia, también celebró el centenario de la parroquia. En homenaje a la comunidad multicultural a la que sirve la parroquia, los himnos y las lecturas se realizaron en inglés, español, croata y tagalo.
Muchas personas que participaron el domingo dijeron estar orgullosas de su vibrante parroquia.
María Bueso, quien ha estado asistiendo a Misa en la Preciosísima Sangre durante 50 años, la mitad de la existencia de la parroquia, la describió como una “maravillosa comunidad de fe” donde todos se sienten como en casa. Le dio crédito al padre Vedran Kirincic, el administrador de la parroquia, por fomentar una atmósfera positiva.
“He venido a la iglesia aquí desde 1968, cuando llegué a Estados Unidos desde Cuba. Es un privilegio venir aquí”, dijo Victoria Ferrera.
Ferrera agregó que le entristece la falta de comprensión por parte de muchos católicos sobre la verdadera naturaleza de la Eucaristía. “Pero creo que poco a poco, si le enseñamos a la gente y continuamos haciéndolo, aceptarán”, dijo.