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Obispo de El Paso se reúne con víctimas y familiares de tiroteo en Texas

WASHINGTON (Por Rhina Guidos/CNS)—. El obispo de El Paso se reunió con las familias de los muertos y heridos tras un tiroteo el 3 de agosto en un Walmart de la ciudad donde sirve. En una declaración después de la reunión, dijo que “tenía el corazón roto” después de ver de cerca las consecuencias humanas del crimen.

“Como ministro, estoy llamado a hacerme presente a quienes sufrieron este ataque y a sus familias. Debo hacer esto con cierta serenidad”, dijo el obispo Mark J. Seitz en su declaración. “Pero cuando visité a las víctimas y a sus seres queridos, mi corazón se rompía dentro de mí. Sus preguntas son las mías también. ¿Por qué los niños inocentes? ¿Por qué cualquier ser humano tendría que estar sujeto a una violencia así? ”

Para la madrugada del 5 de agosto, la cifra de muertos había subido de 20 a 22, y a 26 heridos en lo que es, hasta ahora, el octavo más mortal ataque vinculado a las armas en el país.

El obispo Seitz participó en una vigilia por las víctimas en la tarde del 4 de agosto junto con otros líderes de fe, como parte de la Alianza Interfe del Suroeste, a menos de una milla del lugar del tiroteo, informó El Paso Times en su sitio web.

Reunido con miembros de la comunidad judía, así como de otras religiones, el obispo Seitz y otros católicos de la diócesis, encendieron velas y oraron por las víctimas. Las autoridades tienen a Patrick Crusius, de 21 años bajo arresto y esperan presentar cargos pronto. Varias organizaciones de noticias dijeron que las autoridades locales y federales están investigando si el tiroteo fue un crimen de odio, ya que el presunto tirador podría estar asociado a un manifiesto que habla de una “invasión hispana” de Texas. Si ese es el caso, las autoridades podrían pedir la pena de muerte.

“Lo estamos tratando como caso de terrorismo doméstico”, dijo John Bash, el fiscal de Estados Unidos para el Distrito Occidental de Texas, durante una conferencia de prensa el 4 de agosto. “Vamos a hacer lo que hacemos con los terroristas en este país, que es administrar una justicia rápida y segura”.

Mons. Mark J. Seitz, Obispo de El Paso, Texas, ha mantenido un activo liderazgo en los temas relacionados con los inmigrantes y refugiados y la crisis en la frontera sur de estados Unidos. En la foto , durante una audiencia con el Comité Judicial de la Cámara en Washington el 25 de junio de 2014 sobre la tasa sin precedentes de menores no acompañados e indocumentados que ingresan al país desde Honduras, El Salvador y Guatemala. El obispo Seitz testificó que el Congreso debería verlo como una crisis humanitaria e instó a las políticas de inmigración que garanticen que los niños reciban servicios legales y de bienestar adecuados. (CNS/ Tyler Orsburn)

En varios programas de noticias y en su declaración, el obispo Seitz se concentró en el ejemplo de Jesús como modo de resolver las divisiones que muchos creen que motivaron la matanza.

“De nuevo en nuestra nación vemos el rostro del mal. Vemos los efectos de una mente poseída por el odio”, escribió. “Vemos los efectos de la convicción pecaminosa y sin sentido de que algunos de nosotros somos mejores que otros por la raza, religión, lengua o nacionalidad”.

Los residentes de El Paso, una ciudad fronteriza con una larga historia de hermandad con el país vecino de México, ha dado un ejemplo a seguir por otros, dijo el obispo.

“En los últimos meses, las tierras fronterizas han mostrado al mundo que la generosidad, la compasión y la dignidad humana son más poderosas que las fuerzas de la división”, dijo en su declaración. “La gran enfermedad de nuestro tiempo es que nos hemos olvidado de cómo ser compasivos, generosos y humanos. Todo es competición. Todo es ambición. Todo es frío. La ternura y el amor que no conocen fronteras se ven crucificados en un torbellino de búsqueda de sí, miedo y revanchismo mortal”.

Dios envió a Jesús al mundo precisamente a causa de esas fuerzas malignas y, cuando parecía que el mal había vencido después de la Crucifixión, Jesús demostró lo contrario, dijo el obispo Seitz.

“Esta es mi esperanza para todos los que han sufrido esta violencia hoy y para toda nuestra comunidad”, dijo. “El Cristo que sufrió en medio de nosotros. Él es nuestro compañero. Confiamos en que levante a los caídos, traiga sanación a las víctimas y consuele a nuestra quebrantada comunidad”.

El Paso, también, se levantará por encima del “terrible” día sangriento, dijo.

“Hoy, lloremos a los muertos y oremos por ellos. Mañana, hagamos un nuevo compromiso con el amor. Y preparémonos para una acción justa que supere las fuerzas de la división y construya una sociedad más llena de amor”, concluyó.