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Obispos y periodistas atacados en iglesia en Nicaragua

COPÁN, Honduras (Por David Agren/CNS)—. Obispos y sacerdotes nicaragüenses fueron atacados el 9 de julio por grupos armados aliados con el gobierno durante un momento en cual la violencia en el país centroamericano ha aumentado y ha afectado a la Iglesia Católica, la que ha dado ayuda humanitaria en sus parroquias y ha intentado disipar a través del diálogo una crisis política que empeora cada día.

El cardenal Leopoldo Brenes Solórzano de Managua, su obispo auxiliar Silvio José Báez y el arzobispo Waldemar Stanislaw Sommertag, nuncio apostólico, estaban entre los clérigos de Managua que fueron lesionados mientras intentaban proteger la basílica de San Sebastián en la ciudad de Diriamba contra la incursión de una turba a favor del gobierno. El obispo Báez y por lo menos otro sacerdote resultaron heridos. Algunos periodistas también fueron atacados y les robaron cámaras y otro equipo.

Los obispos y los clérigos también intentaron liberar dentro de la iglesia a manifestantes contra el gobierno mientras individuos y turbas de enmascarados les gritaban “asesinos” a los prelados. Mientras tanto la prensa progobierno acusó la iglesia de permitir que se almacenara armas dentro de sus propiedades.

“Fui herido, golpeado en el estómago, me arrebataron las insignias episcopales y agredido verbalmente”, tuiteó el obispo Báez junto con una imagen de una herida en su brazo y un hábito ensangrentado. “Estoy bien gracias a Dios. Se liberó la basílica y a quienes allí estaban”.

“Hemos sentido una fuerza brutal contra nuestros sacerdotes. Habíamos ido a (la) parroquia a consolar a nuestros sacerdotes, a acompañarlos en este sufrimiento y fuimos atacados”, él dijo.

El ataque contra los obispos comenzó cuando el presidente nicaragüense Daniel Ortega envió policías y paramilitares para contrarrestar a los manifestantes que pedían su derrocamiento.

Las protestas, que comenzaron originalmente en abril debido a las reformas al sistema del seguro social, han cobrado por lo menos 300 vidas. Diecisiete personas fueron asesinadas el 7 y 8 de julio durante represión policiaca y paramilitar en las ciudades de Jinotepe, Diriamba y Matagalpa, según Amnistía Internacional.

La delegación de la iglesia viajó hasta Diriamba para “mostrar solidaridad” con los sacerdotes de la zona después de una masacre, dijo el padre Víctor Rivas, secretario ejecutivo de la conferencia episcopal de Nicaragua.

Según padre Rivas, las iglesias en Nicaragua se usan frecuentemente para dar atención médica, ya que en muchos casos las personas temen llevar a los heridos a los hospitales, donde se arriesgan a ser tomados prisioneros.

“Ellos han visto las iglesias como lugares donde la gente está confabulando contra el gobierno”, dijo padre Rivas.

“Para el gobierno, para los paramilitares, para los grupos sandinistas, la iglesia no es bien vista”, él añadió. “Lo único que (la iglesia) quiere es que el país se estabilice con una paz verdadera y auténtica”.

La conferencia episcopal había convocado un diálogo nacional intentando encontrar una solución, pero las conversaciones pararon. Ortega descartó una propuesta para llevar a cabo elecciones tempranas en 2019, llamando “golpistas” a los proponentes de tales planes.

El obispo Báez dijo el 8 de julio que los obispos “evaluarían seriamente” continuar como mediadores de un diálogo nacional.

“No podemos seguir sentados con representantes de un gobierno que miente, que no acepta la responsabilidad y continúa masacrando a la población civil”, dijo el obispo Báez durante una Misa, según el periódico La Prensa.

“El colmo de la falta de vergüenza es presentarse como inocentes y hasta como víctimas. Cuando el asesinato es acompañado del cinismo, del mentir, es doblemente grave ante los ojos de Dios”.

Francisco Palmieri, principal diputado auxiliar del secretario de estado de Estados Unidos para asuntos del Hemisferio Occidental, reaccionó el 9 de julio con un tuit: “Indignado por las noticias de Nicaragua. La nueva violencia de rufianes controlados por el gobierno contra el cardenal, el nuncio, los obispos y la prensa independiente en Diriamba es inaceptable. La campaña de violencia e intimidación del gobierno hunde el diálogo y tiene que parar. Es crítico para encontrar un camino pacífico hacia adelante”.

Bajo el pretexto de lo que llamaron “Caravana de la Paz”, la turba de encapuchados asaltó a los obispos y sacerdotes en la Basílica Menor de San Sebastián en Diriamba, en la Arquidiócesis de Managua. (Foto Twitter)

El papa Francisco se reunió el 30 de junio con el cardenal Brenes y el obispo Rolando José Álvarez Lagos de Matagalpa para discutir la situación.

En una entrevista con la agencia de noticias española EFE, el cardenal Brenes dijo que el papa está “preocupado” por la crisis y pidió a los obispos que sigan adelante “acompañando a los que sufren y a continuar el trabajo del diálogo”.

“Él expresó su cercanía con nosotros y nos pidió que siempre lo mantuviéramos informado. También dijo que siempre podemos contar con su cercanía y especialmente con sus oraciones”, dijo el cardenal Brenes a EFE el 30 de junio.

En su discurso del Ángelus del día siguiente, el papa pidió a los fieles que oraran por Nicaragua y expresó su apoyo a los obispos del país y a “tantas personas de buena voluntad en su rol de mediación y testimonio para el proceso del diálogo nacional en el camino de la democracia”.

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Junno Arocho Esteves contribuyó a este artículo desde el Vaticano.