La Liturgia de las Horas es una oración universal compuesta por salmos de la Sagrada Biblia, cánticos, lecturas bíblicas y plegarias de alabanza y de súplica.
“La Liturgia de las Horas es la oración de la Iglesia, es la que hacen todos los ordenados, incluido el Santo Padre, y afortunadamente también muchos laicos. Mi labor es justamente promover este legado nuestro que, aunque lo hemos tenido por 18 siglos, no lo hemos disfrutado como se debe”, explica Joaquín González, un laico comprometido con programas de catequesis y evangelización en algunas parroquias de la Diócesis de Brooklyn.
El Oficio Divino, como también se le llama a la Liturgia de las Horas, se realiza para santificar el tiempo y por ello se lleva a cabo en diferentes horas canónicas: Oficio de Lectura, Laudes (al amanecer), Tercia (tercera hora después de amanecer 9:00 a.m.), Sexta (mediodía), Nona (sobre las 3:00 p.m. Hora de la Misericordia), Vísperas (tras la puesta del sol sobre las 6:00 p.m.) y Completas (antes del descanso nocturno sobre las 9:00 p.m.).
Comúnmente se piensa que el rezo de Oficio Divino es exclusivo para quienes llevan una vida consagrada, y en efecto para ellos es obligatorio. En él sacerdotes, monjes y religiosas oran por el pueblo y en nombre del pueblo.
Sin embargo, los laicos también están llamados a profundizar en su fe a través de este ritual que en su versión original consta de cuatro tomos. “Se invita a los laicos al rezo de la Liturgia de las Horas.
Hay un tomo que se llama Liturgia de las Horas para los laicos y es una versión más corta”, explica el padre Ricardo Pérez, vicario parroquial de la iglesia Nuestra Señora de Fátima en East Elmhurst, Queens.
“Por medio de la Liturgia de las Horas se santifica el tiempo, el trabajo, la vida pastoral, el ministerio y esa relación que se tiene con el Buen Pastor”, asegura.
La lectura del Oficio Divino debe seguir una metodología especial, pues no es una lectura continua como un libro tradicional, sino que se salta de una parte a otra, por lo que frecuentemente los que se inician en ella, necesitan la guía de alguien, por ejemplo de un voluntario en su parroquia o indicaciones en sitios de internet.
Según el padre Gabriel Ariza de Infovaticana: “La dinámica de la Liturgia de las Horas celebra la presencia de Dios en el tiempo del hombre, y celebra el misterio de Cristo en el tiempo del ser humano.
El rezo de los salmos nos introduce en el misterio de un tiempo que es memorial, en el que el hombre alaba, bendice y agradece a Dios. Celebra el misterio de Cristo: laudes, por ejemplo, rememora la resurrección de Cristo y las vísperas del misterio de su entrega a la humanidad”.
En una de sus catequesis, el papa san Juan Pablo II aseguró que “Los fieles que celebran la Liturgia de las Horas se unen a Cristo, nuestro Sumo Sacerdote, por la oración de los salmos, la meditación de la Palabra de Dios, de los cánticos y de las bendiciones, a fin de ser asociados a su oración incesante y universal que da gloria al Padre e implora el don del Espíritu Santo sobre el mundo entero”.