El padre Carlos Velásquez nació en Fort Greene (Brooklyn) hace 31 años en un hogar conformado por su hermana Martha y sus padres Carlos C. Velásquez y Martha E. Solís, quienes años atrás vinieron a los Estados Unidos desde la ciudad La Paz Centro en Nicaragua.
“Mi familia estaba muy involucrada en la vida parroquial”, asegura el padre Carlos, quien asistía con sus padres y hermana a la iglesia Sagrado Corazón de Fort Greene, misma que hoy forma parte de la parroquia María de Nazaret, de la cual monseñor Walter C. Murphy era el párroco para entonces.
“Mis padres trabajaban tarde y le preguntaron al padre si mi hermana y yo podríamos quedarnos en la rectoría unos 20 o 25 minutos hasta que ellos llegaran de trabajar para recogernos y él dijo que sí. Así que desde niño yo crecí viéndolo a él, lo que hacía en la parroquia y con la comunidad, aparte de celebrar la Santa Misa”, recuerda.
“Me acuerdo vívidamente un día que fui a misa con mi mamá. Estábamos sentados frente al altar y vi al padre Murphy celebrar la misa, vi el incienso, oía la música y las campanas. Ver cómo él siempre estaba dispuesto a hablar con todas las personas. Todo aquello me atrajo, en mi mente de un niño de 5 o 6 años”, reflexiona el padre sobre lo que fueran los primeros esbozos de su vocación y desde ese momento nunca dudó que Dios lo llamaba a la vida sacerdotal.
Su infancia y juventud transcurrieron mientras asistía a las escuelas P.S.46, J.H.S.113 y Cathedral Preparatory Seminary en Elmhurst (Queens).
Fuera del ambiente académico, la iglesia eran su segundo hogar pues allí, en diferentes momentos de su vida, sirvió como monaguillo, catequista y sacristán. También, siguiendo los pasos de su hermana, cantó en el coro y fue voluntario para asistir en las labores de la rectoría.
Luego de graduarse de bachiller se inscribió en Cathedral Seminary Residence en Douglaston. Luego fue al Seminario Inmaculada Concepción en Huntington (Long Island) y culminó sus estudios en el Seminario de San José en Yonkers (Nueva York). Es licenciado en filosofía, título que obtuvo en St. John’s University en Jamaica (Queens), y es máster en Teología y Divinidad del Seminario de la Inmaculada Concepción.
Como parte de su formación sirvió, durante el verano, en la parroquia Santa María Estrella del Mar y Santa Gertrudes, ubicada en Far Rockaway (Queens), y trabajó en la ONG Margert Community Corporation y DeSales Media Group.
En la iglesia San Pedro y San Pablo / Epifanía, en Williamsburg (Brooklyn) sirvió durante su año pastoral mientras que su año de diaconado transcurrió en la Concatedral de San José, en Prospect Heights (Brooklyn).
Finalmente fue ordenado sacerdote el sábado 28 de junio de 2014 por monseñor Nicholas DiMarzio, obispo de Brooklyn, en la Concatedral de San José, donde celebraría su primera misa en Acción de Gracias al día siguiente.
Como él mismo dice, su primera Eucaristía fue uno de los días más felices de su vida. “¡Fue un día de tanta alegría! Poder celebrar por primera vez la Eucaristía y consagrar el pan y el vino rodeado por mi familia, de tantas amistades y feligreses que me formaron también, así como de los sacerdotes que Dios puso en mi vida para ser mi ejemplo”, asegura.
Tras su ordenación fue asignado vicario parroquial en la iglesia San Sebastián en Woodside (Queens) hasta mayo de 2017, cuando recibió una nueva asignación. “Monseñor DiMarzio me envió aquí – iglesia María Puerta del Cielo – para un año de transición y fui vicario parroquial. Después, el 1º de diciembre de 2018, fui instalado como párroco”, asegura el padre Carlos.
“Como sacerdote joven me enfoco en el trabajo con los jóvenes y en ayudarlos a entender al sacerdote como persona porque eso me ayudó cuando yo era joven en mi parroquia porque me dio la oportunidad de ver al que era mi pastor de una manera muy cercana […] me gusta involucrarlos a la vida de la parroquia porque tal vez podrán ver lo mucho que hace el sacerdote y quizá escuchen la llamada del Señor’, asegura el párroco más joven en toda nuestra diócesis.