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Rector de santuario comparte el lado espiritual de su roce con la muerte

DES PLAINES, Illinois (Por Joyce Duriga/CNS)—. Cuando alguien sobrevive un roce con la muerte, como el desplome de un avión, y se ha parado en el precipicio entre este mundo y el otro, en muchos casos se pregunta “¿por qué sobreviví?” o “¿Qué me espera después que muera?”.

El padre Esequiel Sánchez, rector del santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en Des Plaines, Illinois habló de esos temas de vida y muerte el 12 de agosto durante su primera homilía en el santuario después de haber sobrevivido el desplome de un vuelo de Aeroméxico en Durango, México. Él y otras 103 personas a bordo sobrevivieron el accidente.

Pasajeros del vuelo de Aeromexico que se estrelló en Durango, Mexico, el pasado mes de julio, caminan al altar para la bendición en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en Des Plaines, Illinois, durante la misa de agradecimiento celebrada por el padre Esequiel Sánchez, uno de los 103 sobreviviente del accidente aéreo. (CNS/Karen Callaway, Chicago Catholic)

El avión se desplomó casi inmediatamente después de despegar. Unos 15 miembros de su familia y amigos que estaban en México para celebrar sus 50 años de vida también viajaban en el avión.

Padre Sánchez sufrió múltiples fracturas en un brazo y se le operó. Periodistas de todo el mundo cubrieron la noticia y se enfocaron particularmente en la experiencia del padre Sánchez.

El padre Esequiel Sánchez, rector del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe junto al diácono Lorenzo Chaidez en la procesión final. Para el padre Sánchez, que todos los pasajeros sobrevivieran es un milagro, y bromea con que ahora será concocido como el padre biónico. (CNS/Karen Callaway, Chicago Catholic)

Recientemente el se reunió con el periódico Chicago Catholic, de la Arquidiócesis de Chicago, para compartir las implicaciones espirituales de sobrevivir un roce con la muerte y el impacto para él y para los demás sobrevivientes.

El sacerdote dijo que cree que fue un milagro de Dios que todos sobrevivieran. Padre Sánchez tomó lecciones de vuelo hace años y entiende la ciencia detrás de lo que sucedió.

Estaba lloviendo y granizando cuando el avión despegó. Entonces una ráfaga de viento lo empujó hacia abajo contra la pista.

“Si el avión se hubiese volcado hubiese sido una historia distinta”, él dijo. “Si hubiéramos estado más alto hubiera sido una historia distinta. Si no hubiera estado lloviendo hubiese sido una historia muy distinta. Hay tantos factores que le dirían a uno que no debió haber sido de esta manera.

“La ventana de oportunidad de no solo llegar, sino de llegar vivos — todos nosotros — es muy pequeña. Eso es en lo que sigo enfocando. Eso es lo que lleva a uno a decir que aquí hubo intervención divina” explicó.

Padre Sánchez también dijo que vio milagros en las reacciones de los pasajeros, quienes inmediatamente se ayudaron los unos a otros.

“Lo que vi aquí fueron personas que no querían salir sin sus seres queridos. Regresaron para ayudar a otros”, él dijo. “Yo vería eso como milagroso también porque las personas se ayudaron unas otras”.

Padre Sánchez dijo que a pesar de haberse fracturado el brazo, él también regresó para ayudar.

“Todas esas cosas me apuntan a que fue milagroso y estoy muy cómodo diciéndolo porque estoy mirando a todo lo que me está diciendo que esto debió haber resultado distinto”, él dijo. “Pero la pregunta siguiente es ‘¿por qué?'”.

Él dijo que una de las preguntas que muchos de los sobrevivientes se preguntaron después fue: “¿Qué sucede después que morimos?”

“Nuestra fe tiene una respuesta a eso”, él dijo, y una parte incluye el juicio.

Otra pregunta es ¿cómo será la vida después de la muerte?

“El propósito original de Dios es que le adoremos y que le hayamos servido. Eso sucede en el cielo”, dijo el sacerdote. “Uno no está durmiendo en una hamaca allá arriba. Uno no está bebiendo margaritas diciendo ‘he terminado’. No, no, es una vida de adoración es una vida de servicio”.

Los sobrevivientes están preguntando “¿Por qué nos salvamos?”. Ese mismo día en un accidente de autobús en Durango murieron 11 personas.

“¿Cómo uno puede decir ‘recibí un milagro’ y ellos no”?, preguntó.

Padre Sánchez dijo durante su homilía que en las semanas después del desplome lo que lo ha cambiado personalmente son las expresiones de amor y gratitud de la gente.

El padre Sánchez abraza a una feligresa en la misa de agradecimiento. El rector del Santuario regresaba de México, a donde fue a celebrar su cumpleaños 50 junto con varios familiares y amigos, cuando ocurrió el accidente. (CNS/Karen Callaway, Chicago Catholic)

“La gente le dice a uno cuánto le ama. La gente le dice a uno cuánto le dolería si uno se hubiese ido. Uno escucha esto normalmente durante una elegía o cuando uno está muerto”, él dijo. “Bueno, no estoy en mi Misa fúnebre y estoy escuchando estas cosas”.

La gente se contenta al verlo porque la fe de ellos en los milagros ha sido confirmada, él dijo.

“Uno realmente quiere cuidar mejor a los que uno ama y cuidar mejor los dones que a uno le han dado”, dijo el padre Sánchez. “Es por eso que oro para convertirme en un mejor sacerdote. No porque la experiencia me asustó, y si lo hizo, sino porque ellos mostraron tanto amor por mí. Mi respuesta tiene que ser (ser) un mejor sacerdote”.