Breves internacionales

Papa da la bienvenida a prisioneros antes de su visita a los Museos Vaticanos

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — Una docena de reos de prisión de Rebibbia en Roma llegó al Vaticano temprano en la mañana, con una canasta de panes que habían horneado antes de que saliera el sol.

El papa Francisco recibe la canasta de pan elaborada por los reclusos de Rebibbia. (Cortesía Vatican Media)

Le entregaron la canasta al papa Francisco el 21 de junio durante una breve reunión en su residencia antes de partir, con el director de la prisión, algunos guardias y dos jueces que supervisan los permisos especiales para visitar los Museos Vaticanos.

Un videoclip del Vaticano de la reunión muestra al papa Francisco hablando con la directora del reclusorio, Anna Maria Trapazzo, y luego volviéndose hacia el capellán, el padre servita Moreno M. Versolato, O.S.M., y diciéndole: “Las cárceles con directoras funcionan mejor”.

Como muchas personas en todo el mundo, durante el encierro de COVID-19 de 2020, los prisioneros comenzaron a hornear pan. Trapazzo le dijo al papa Francisco que pronto abrirán una tienda y que estarán felices de darle la bienvenida allí en cualquier momento.

Ofreciendo algunos consejos al grupo, el papa Francisco dijo: “Es importante buscar lo positivo en un momento en el que la vida no nos muestra su cara más hermosa. Busquen lo positivo para seguir adelante”.

Después de dejar al papa, el grupo fue recibido en su recorrido por Barbara Jatta, directora de los Museos Vaticanos, quien les dijo que la colección de arte era para todos y esperaba que se sintieran inspirados por la belleza que encontraron allí.

El padre Versolato dijo a Vatican News que era particularmente significativo tener a los dos jueces como parte del grupo, ya que son ellos quienes firman los permisos que permiten a los presos salir a hacer visitas y eventos que son parte de su programa para reingresar a la sociedad.

El capellán dijo que los 12 presos y todos los demás detenidos que ha conocido tienen un profundo afecto y una gran estima por el papa, tanto por sus numerosas visitas a las cárceles, como por sus constantes llamamientos al trato digno de las personas encarceladas y a un compromiso serio a su rehabilitación.