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Secretario de Estado del Vaticano insta a unidad y reconciliación durante viaje a México

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ROMA — El cardenal Pietro Parolin, máximo diplomático del Vaticano, dijo el domingo 20 de junio que “la contradicción entre fe y vida es uno de los más graves escándalos que los cristianos pueden dar al mundo”.

Mons. Parolin viajó del 18 al 21 de junio a México para celebrar la ordenación episcopal del nuevo representante papal en Papúa Nueva Guinea. También se reunió con el liderazgo local de la Iglesia Católica antes de una reunión del lunes con el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Durante la misa del domingo en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en la Ciudad de México, el cardenal se refirió a la situación en México y otros países de América Latina como una “barca sacudida por los vientos y las olas” debido a “la desigualdad social, la pobreza, la violencia del crimen organizado, la división por causas políticas, sociales y hasta religiosas”.

México “tiene necesidad de reconciliarse consigo mismo, de reencontrarse como hermanos, de perdonarse mutuamente, de unirse como sociedad superando la polarización”, dijo, haciendo un llamado a un país que “sepa mirar a su historia para no olvidar la gran riqueza de sus raíces y la herencia recibida en los valores que han forjado su identidad a lo largo de muchas generaciones”.

El cardenal, también añadió que los creyentes deben reconocer que el encuentro con Jesucristo ha sido el “ha sido y continúa siendo el don más valioso y trascendente para los pueblos y las culturas de esta Nación y del continente americano”, y que el camino hacia un futuro mejor depende de consolidar y profundizar la fe.

“Una fe profunda, una fe convencida, una fe coherente, una fe operante, una fe que se transforme en testimonio de vida porque, lo sabemos, la separación —y tal vez la contradicción— entre fe y vida es uno de los más graves escándalos que los cristianos pueden dar al mundo”, dijo Mons. Parolin.

Reflexionando sobre la pandemia del COVID-19, la llamó “nueva realidad, que ha azotado al mundo entero, nos ha hecho sentir nuestra fragilidad humana, paralizando nuestras actividades, afectando nuestra salud y llenando de luto a muchas familias, ante la aparente ausencia de Dios”.

“En medio de tantas pruebas, la Iglesia, como familia de familias, ha tratado de estar cerca, de acompañar, de orar, de interceder por tantas personas heridas no solo en su cuerpo sino también profundamente en su espíritu”, dijo. “También hoy nuestra súplica ha llegado a los oídos de Dios como un grito casi desafiante: Señor, ¿dónde estás?, Maestro, ¿por qué estás durmiendo? Y el Señor nos ha hecho sentir nuevamente su presencia a través de la generosidad y el servicio de tantas buenas personas, que nos han asistido espiritual y físicamente”.

El secretario de Estado del Vaticano participó el sábado en la ordenación episcopal del arzobispo Fermín Sosa Rodríguez, el nuevo nuncio apostólico en Papúa Nueva Guinea. La ceremonia se llevó a cabo en el Santuario Mariano de la Inmaculada Concepción de Izamal, Yucatán.

“Mientras defiendes la dignidad de todo ser humano desde la concepción hasta la muerte natural, de la necesidad de promover un desarrollo que atienda a los más pobres y débiles sin considerarlos como basura, y mientras recuerdas a todos el compromiso por la paz, el diálogo sincero y respeto por la creación, debes hacer transparente con tu vida y tus palabras que Cristo es la fuente de toda esperanza y el origen del pensamiento de la Iglesia”, dijo Mons. Parolin al nuevo arzobispo.

Un nuncio, dijo, está llamado a servir tanto al Papa como a la Santa Sede en las iglesias locales y los estados a los que es enviado, haciendo de él un “servicio de comunión: eres enviado para mantener, fortalecer y aumentar la comunión”.

“No eres el portador de un mensaje personal, sino un embajador de las enseñanzas del Papa al servicio de la unidad de la Iglesia universal”, dijo el cardenal. “Esta unión se da respetando las características específicas de la Iglesia particular y da lugar al milagro de un pueblo reunido con el Espíritu Santo en comunión sin que desaparezcan las particularidades de cada uno”.

La nueva asignación de Mons. Sosa Rodríguez en Papúa Nueva Guinea lo enviará a una nación con 19 diócesis y donde el 30 por ciento de la población es católica.

“Es un país situado entre Asia y Oceanía que cuenta con abundantes recursos y se necesita una colaboración concreta entre los poderes civiles y las comunidades religiosas para un desarrollo integral y ordenado”, le dijo Mons. Parolin.

Dirigiéndose a todos los mexicanos durante la Misa de ordenación, el cardenal aãdió que “ante la pandemia, necesitamos recuperar la dimensión de fe, esperanza, valores, pero sobre todo perdonar”.

México, con 126 millones de habitantes, tiene 97,8 millones de católicos, la segunda cifra más alta del mundo después de Brasil.

Desde la fe, el periódico oficial de la Arquidiócesis de México, informó que esta no es la primera visita de Mons. Parolin a México. De hecho, jugó un papel clave en el establecimiento de relaciones diplomáticas entre el país y la Santa Sede en 1992. El entonces sacerdote se desempeñó como Secretario de la Delegación Apostólica en México entre 1989 y 1992.