CIUDAD DEL VATICANO (Por Carol Glatz/CNS)—. Uno de católicos chilenos sobreviviente de abuso sexual, denigrado por ser homosexual, dijo que en su reunión privada con el Papa Francisco este le dijo que Dios lo hizo así y lo amaba por lo que era.
Juan Carlos Cruz, uno de las tres víctimas del caso Karadima que se reunió con el Papa del 27 al 30 de abril en el Vaticano, dijo que su homosexualidad y cómo esta ha acentuado su sufrimiento fue algo que discutió con el Papa durante la reunión privada.
Cruz le dijo al diario español El País en una entrevista publicada el 19 de mayo que sus detractores le habían dicho al Papa “que yo era un pervertido. Le expliqué que yo no era San Luis Gonzaga, pero que tampoco soy una mala persona. Intento no lastimar a nadie”.
Según Cruz, el Papa le dijo: “Juan Carlos, que tú seas gay no importa. Dios te hizo así y te quiere así y a mí no me importa. El Papa te quiere así, tú tienes que estar feliz con quien tú eres”.
El Vaticano no comentó el contenido de las conversaciones privadas con el Papa.
El “Catecismo de la Iglesia Católica” explica que la “génesis psicológica” de la atracción hacia el mismo sexo “permanece en gran parte sin explicación” y que aquellos hombres y mujeres con “tendencias homosexuales profundamente arraigadas” no eligen su condición.
“La tradición siempre ha estimado que los actos homosexuales son intrínsecamente un trastorno, contrarios a la ley natural” y en ningún caso pueden aprobarse tales actos, enseña el catecismo.
“Las personas no eligen su condición homosexual, y para la mayoría de ellos es una inmensa prueba. Deben ser aceptados con respeto, compasión y sensibilidad. Se debe evitar toda muestra de discriminación injusta”, dice.
La iglesia enseña que cualquier actividad sexual fuera del vínculo matrimonial entre un hombre y una mujer es pecaminosa y que “las personas homosexuales están llamadas a la castidad” y deben buscar cumplir la voluntad de Dios en sus vidas.
Tales enseñanzas también fueron evidentes cuando el Papa Francisco dijo a los periodistas en 2013, “¿Quién soy yo para juzgar” a una persona homosexual “que está buscando a Dios, que es de buena voluntad”.
“El Catecismo de la Iglesia Católica lo explica muy bien. Dice que no se deben marginar a estas personas, se deben integrar a la sociedad. El problema no es esta orientación (homosexual): debemos ser hermanos y hermanas”, dijo el papa Francisco durante una conferencia de prensa con reporteros que volaban con él desde Brasil a Roma.
En una amplia entrevista al el entonces Papa Benedicto XVI, publicada en 2010, este respondió que si bien la iglesia enseña que los homosexuales merecen respeto, esto no se contradice con su posición de que los actos homosexuales son “intrínsecamente trastornos”.
El Papa respondió: “No. Una cosa es decir que son seres humanos con sus problemas y sus alegrías, y que como seres humanos merecen respeto, aunque tengan esa inclinación, y no deben ser discriminados por ello”.
En este libro titulado “Luz del mundo: El Papa, la Iglesia y los signos de los tiempos“, Benedicto XVI le dice al periodista alemán Peter Seewald: “la sexualidad tiene un significado y una dirección intrínseca, que no es homosexual”, más bien, el significado y el propósito de la sexualidad “es lograr la unión del hombre y la mujer y, de esta manera, garantizar la posteridad de la humanidad, dándole niños, un futuro”.
Dijo que todavía era una pregunta sin respuesta si las inclinaciones homosexuales son innatas o surgen temprano en la vida. En cualquier caso, dijo, si estas son inclinaciones fuertes, representan una “gran prueba” para la persona homosexual.