CIUDAD DEL VATICANO (Por Junno Arocho Esteves/CNS)—. El papa Francisco expulsó del sacerdocio a un sacerdote chileno que ha sido notorio por abusar sexualmente de jóvenes en su parroquia.
El Vaticano dijo en un comunicado emitido el 28 de septiembre que Fernando Karadima fue despedido del estado clerical por el papa, quien “ha tomado esta decisión excepcional en consciencia y por el bien de la iglesia”.
Citando el derecho canónico, el Vaticano dijo que el papa “ha ejercido su potestad ordinaria, que es suprema, plena, inmediata y universal en la iglesia consciente de su servicio al pueblo de Dios como sucesor de san Pedro”.
El comunicado dice que el papa Francisco firmó el decreto el 27 de septiembre y a Karadima se le informó sobre la decisión al día siguiente.
El portavoz del Vaticano, Greg Burke, dijo que eso es una señal del papa en su “línea férrea (fuerte) ante los abusos”.
“Estábamos ante un caso muy serio de podredumbre y había que arrancarlo de raíz”, dijo Burke. “Se trata de una medida excepcional, sin duda, pero los delitos graves de Karadima han hecho un daño excepcional en Chile”.
Conocido como un sacerdote influyente y carismático, el entonces padre Karadima fundó un programa de Acción Católica en una parroquia rica de Santiago y atrajo cientos de jóvenes al sacerdocio. Cuatro de los protegidos de Karadima llegaron a ser obispos, incluido el obispo emérito Juan Barros de Osorno.
Sin embargo, varios exseminaristas revelaron en 2010 que durante años el sacerdote chileno abusó sexualmente de ellos y otros miembros de la comunidad parroquial. Un año después Karadima fue sentenciado por el Vaticano a una vida de oración y penitencia al ser declarado culpable de abuso sexual.
El papa, quien al principio defendió su nombramiento del 2015 del obispo Barros como director de la Diócesis de Osorno, pidió disculpas después de recibir un informe de 2,300 páginas de parte del arzobispo Charles Scicluna de Malta. Posteriormente el papa aceptó la renuncia del obispo Barros el 11 de junio.
El papa Francisco dijo en una carta publicada el 11 de abril que había estado equivocado en su evaluación de la situación en Chile y suplicó el perdón de las víctimas y de otros que él había ofendido. Él invitó a tres víctimas abusadas por Karadima — Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo — a Roma a fines de abril.
Cruz tuiteó el 28 de septiembre que tenía “un nudo en el estómago” después del anuncio de la expulsión de Karadima del sacerdocio.
“Nunca pensé que vería este día. Un hombre que le arruinó la vida a tantas personas. Agradezco que el papa Francisco haya tomado esta determinación al fin. Espero que muchos sobrevivientes sientan un ligero alivio hoy”.
El papa Francisco también se había reunido el 2 de junio con un segundo grupo de víctimas compuesto por sacerdotes y laicos abusados por el ahora exsacerdote. Además, él se reunió con el hermano de Karadima, Óscar, quien habló con el papa sobre el sufrimiento que su familia ha soportado después de la revelación de que su hermano fue declarado culpable de abuso sexual.
“Hablé con él sobre Fernando; le dije cómo era Fernando con su familia, con nosotros: un hombre soberbio, un hombre autoritario, un hombre que le teníamos temor y hasta mi madre le tenía temor”, dijo Óscar Karadima en una entrevista con el periódico chileno La Tercera publicada el 17 de junio.
El hermano dijo que tenía lágrimas en sus ojos mientras relataba el dolor suyo y de su familia y que el papa Francisco le tocó la mano y lo animó.
Después de escucharle, él dijo, el papa tomó un pedazo de papel y escribió un mensaje para la familia de Karadima.
“A la familia de Óscar Karadima con mi bendición y mi dolor por tanto sufrimiento que llevan. A nombre de Fernando, mudo e incapaz de caer en la cuenta (de sus errores), les pido perdón”, escribió el papa.