BROOKLYN—. “Soy una gran admiradora del papa Francisco. En quien se combinan la compasión, la humildad, la serenidad y la terquedad. El papa es un rebelde, pero un rebelde por Jesús”, dijo Katy Perry en una entrevista publicada en la revista Vogue Australia, en su edición de agosto.
La superestrella hizo una pausa en la apretada agenda de su gira para conversar y almorzar con su amigo, el escritor y periodista, Derek Blasberg en el Café de Flore.
“He trabajado en ese remolino de estrellas que es el mundo de la moda durante casi dos décadas y en este tiempo he conocido a una buena cantidad de celebridades. Pero hay un breve lista de personas que trascienden el mero hecho de ser famosas, y en la cima de todos está el Papa”, escribe el periodista, quien ha sido llamado por The New York Times “el Truman Capote —o la Carrie Bradshaw— de su generación”.
“El pasado mes de abril Katy viajó a Roma para una audiencia con el jefe de la Iglesia Católica y sobre esto es lo primero que quiero hablar”, continúa Blasberg, refiriéndose al publicitado encuentro de la estrella con su santidad —cuya fotografía se viralizó inmediatamente por Internet—, durante una audiencia el sábado el 28 de abril, con los participantes en la conferencia “United to Cure”, un evento que reunió a científicos, investigadores y ejecutivos de compañías de seguros y cuidados médicos, del 26 al 28 de abril, para conversar sobre los avances médicos y estrategias para promover la atención médica en todo el mundo.
La cantante había asistido a la conferencia en el Vaticano, invitada por Bob Roth, CEO de la fundación David Lynch y su profesor de meditación trascendental, una práctica que realiza desde su matrimonio con Russell Brand —que terminó via mensaje de texto en la víspera de año nuevo de 2011.
“Todo comenzó cuando me encontraba de gira por Asia y fui a misa con mi mamá”, le dice Katy a Blasberg. “Ella no había cantado esas canciones en 40 años y viéndola me hizo llorar. Es tan bello y humilde volver a la esencia en un lugar en la que no importa nada más que reconectarse con lo divino”.
“Mi madre ha orado toda mi vida para que yo regrese a Dios, pero la verdad es que nunca lo he abandonado, solo me había secularizado un poco, era más materialista y estaba más enfocada en mi carrera. Pero ahora que estoy en mis treinta, y me mueve más la espiritualidad y la bondad”, continuó la cantante, quien saludó al papa acompañada de su madre Mary, su novio, el actor inglés Orlando Bloom, y su manager Steve.
Perry elogió al papa Francisco, diciendo que “ha regresado a la Iglesia a la humildad y la conexión con la gente. Es humilde y no es frívolo”.
Katy Pery nació en un hogar cristiano —sus padre son ambos pastores misioneros de la iglesia pentecostal, aunque su madre Mary Perry Hudson nació en un hogar católico—, y aunque con los años la estrella se ha apartado de la religión de sus padres, en diciembre de 2013 confesó a la revista Marie Claire en una entrevista de portada que seguía teniendo una conexión especial con Dios, a pesar de no sentirse identificada con ninguna religión en particular.
“No soy budista, no soy hindú, no soy cristiana, pero siento que todavía tengo una conexión profunda con Dios. Rezo todo el tiempo —por autocontrol, humildad”, dijo.
“No creo en el cielo o el infierno, o en un anciano sentado en un trono. Creo en un poder superior a mi, porque eso me ayuda a mantener la sensatez “, continuó. “La sensatez es rara de encontrar, especialmente dentro de gente como yo, a las que nadie quiere decirle algo que no quieren oír”.
La estrella pop ha estado en los titulares recientemente con otra noticia que la relaciona con la Iglesia católica, cuando compró al arzobispado de Los Ángeles, en medio de una intensa batalla legal con dos de sus monjas del Inmaculado Corazón de María, un convento de la orden y la casa de oración adyacente en Los Feliz por $US14.5 millones de dólares.
También se robó portadas al llegar en un Rolls Royce convertible en su angelical atuendo a la gala del MET, inspirada en la exhibición “Heavenly Bodies: Fashion and the Catholic Imagination” (Cuerpos Celestiales: La moda y el imaginario católico).
Quién sabe, quizás la conversión de Katy Perry sea uno de los milagros que algún día podamos atribuirle al papa Francisco.