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¿Por qué no deberían renunciar a las redes sociales durante la Cuaresma este año?

Mons. Michael Olson, obispo de Fort Worth, desea que las personas tengan en cuenta estas tres preguntas con respecto al uso de las redes sociales: ¿Es necesario decir esto? ¿Me toca a mí decirlo? ¿Y lo estoy diciendo de una manera edificante o destructiva?

Mediante esas interrogantes, el obispo encuentra una alternativa al sacrificio habitual de Cuaresma de plataformas como Facebook y Twitter.

De hecho, Mons. Olson, junto con otros obispos y sacerdotes, desaconsejan renunciar a las redes sociales durante estas seis semanas en que nos preparamos para la Pascua.

“No estoy tan seguro de que tengamos que hacer eso, especialmente porque ese es un medio por el cual el mundo está tratando de comunicarse”, dijo el obispo Olson.

Las redes sociales han contribuido a la división en el país y los formatos a menudo limitan el diálogo real. Pero, al mismo tiempo, los líderes católicos las han utilizado para evangelizar, conectarse con los feligreses y difundir los mensajes de fe.

El papa Francisco envía tweets diarios en varios idiomas a más de 52 millones de seguidores desde al menos nueve cuentas diferentes de Twitter.

Los prelados de los Estados Unidos suelen alcanzar los miles —y en algunos casos a cientos de miles— de seguidores a través de Twitter.

El obispo Olson comparte mensajes con casi 7,000 seguidores en su cuenta de Twitter. Mons. Nicholas DiMarzio, obispo de Brooklyn, llega a casi 10,000 personas en múltiples plataformas.

Mons. DiMarzio reconoce tanto los aspectos positivos como los negativos de las redes sociales.

Es positivo en el sentido de que puede ser “un medio real para el crecimiento espiritual”, pero negativo cuando la gente se pierde en él.

“Demasiado de cualquier cosa no es bueno, pero si sabe usarse con discernimiento, puede ser muy provechoso en momentos específicos”, dijo el obispo DiMarzio. “A veces sabemos que alguien está sufriendo o que alguien tuvo un problema y lo contactamos a través de las redes sociales y eso puede ser útil. Es una labor muy positiva para la Cuaresma. Entonces, no es algo que sea malo en sí mismo. Así es como lo usamos”.

“El objetivo es liberarnos de las cosas inútiles para que podamos concentrarnos en las importantes, y esa es nuestra relación con Dios, y de eso se trata la Cuaresma”.

Mons. Felipe Estévez, obispo de St. Augustine, agregó que a través de la pandemia, Facebook es la forma en que llega a los familiares más jóvenes. Dijo que la gente no debería “despreciarlo, porque es un avance en la forma de comunicación”.

Sin embargo, una cosa que sugiere el obispo Estévez es que las personas continúan buscando el contacto humano directo dentro de los protocolos de seguridad de COVID-19.

Otra razón por la que los prelados desaconsejan rechazar las redes sociales es que la transmisión en vivo en plataformas como Zoom se ha convertido en un elemento central de la evangelización desde el comienzo de la pandemia.

Y esto es algo que parece que no va a cambiar tan pronto.

La mayoría de las iglesias ahora están aprovisionadas con equipos de video para que los feligreses puedan sintonizar la Misa desde casa cada semana.

Especialmente con más de diez meses de refinamiento, como señala el padre Patrick West de la iglesia St. Sebastian en Queens, hoy están “años luz” por delante de donde estaban.

El obispo Olson dijo que la transmisión en vivo les permite conectarse con personas que no pueden asistir a Misa, pero también con personas que no iban a la iglesia antes de la pandemia.

“Es una manera de que estén presentes y también un medio para conocerlos, sin que esto signifique un reemplazo de la participación y presencia obligatoria en la misa dominical”, dijo Mons. Olson.

Puede tener un impacto similar en la educación religiosa, agregó el obispo.

“Medios como Zoom y la transmisión en vivo pueden reforzar lo que ya estamos haciendo con la formación y la catequesis en persona. Es una forma de consolidar lo que estamos enseñando en presencia de la familia y catequizar a todos en casa”, dijo.

Para el padre Michael Callaghan de la Asunción de la Santísima Virgen María en Brooklyn, las redes sociales deberían ser parte de una reflexión más amplia para la Cuaresma que no necesita incluir sacrificios.

“No estoy seguro de que la gente necesite renunciar a mucho en este momento”, dijo el padre Callaghan. “Creo que lo que deben hacer es elegir cómo emplean su tiempo, cómo usan su tecnología y cómo se comunican entre sí de una manera lo más personal posible. Eso nos ayudará a comenzar a sentar las bases de cómo vamos a reconectarnos después de que termine la pandemia”.