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Mons. DiMarzio celebra el Miércoles de Ceniza con un rito modificado

Este Miércoles de Ceniza, sacerdotes y obispos de la Diócesis de Brooklyn impusieron las cenizas de otra manera adaptándose a este tiempo de pandemia.

Bajo la recomendación del papa Francisco, los miembros del clero han usado la forma más tradicional, antigua y bíblica de distribuir las cenizas; no en forma de cruz en la frente, sino asperjando la coronilla de los fieles.

El obispo Nicholas DiMarzio, quien celebró la misa del Miércoles de Ceniza en la Catedral Basílica de Santiago (Cathedral Basilica of Saint James) el pasado 17 de febrero, habló sobre lo difícil que fue el año pasado debido a la pandemia. Sin embargo, señaló, la Cuaresma es un tiempo para renovar la fe, la esperanza y el amor, así como para creer y acoger a Dios en nuestras vidas.

“Tenemos la esperanza de que, cuando nos arrepintamos y pidamos la ayuda de Dios para cambiar nuestras vidas, encontraremos esa ayuda”, dijo el obispo DiMarzio durante su homilía. “Juntos, hermanos y hermanas míos, hacemos este viaje de Cuaresma. Lo comenzamos hoy a conciencia”.

“Nos aseguramos de hacer todo lo posible para que nuestra relación con Dios sea mucho más profunda”, añadió, “pero sin olvidar que eso también depende de la relación entre nosotros mismos”.

Según el diácono Ronald Rizzuto, agente de pastoral en St. James, durante un día como este la Catedral Basílica hubiera recibido a más de 100 personas para recibir sus cenizas. Este año, se celebró solo una misa al mediodía y un servicio de oración por la tarde.

“Vimos un poco menos de lo normal, pero fue casi lo mismo”, señaló el diácono Rizzuto con respecto a la asistencia cuando concluyó la misa del mediodía. “Estábamos felices de que el obispo DiMarzio hubiera podido venir para celebrar la misa y todo salió muy bien”.

“Asperjar las cenizas es más sencillo, pero es mucho más simbólico porque se supone que es una conversión desde adentro”, continuó.

Después de un año difícil en el que muchos han tenido que sacrificar tanto, los feligreses estaban agradecidos de poder asistir en persona a celebrar la Cuaresma. Isabel Navarro, feligresa de Santiago desde hace casi 40 años, nos comentó que, aunque la imposición de cenizas puede haber cambiado, el propósito sigue siendo el mismo.

“Es algo diferente, algo de esperar”, dijo con respecto a la modificación de este año de las cenizas aspergidas y no trazadas en la frente. “Al menos estamos teniendo los servicios de Cuaresma [y] recibiendo las cenizas, todavía está todo bien. Y poder estar en la iglesia, estar físicamente, es lo mejor”.

Los sacrificios son parte de la vida

Isabel Navarro también reflexionó sobre cómo los sacrificios son parte normal de la vida y que el último sacrificio de Jesucristo fue dar su vida por nosotros.

“Es una buena manera de comenzar la temporada de Cuaresma”, agregó. “Reflexionar sobre ello, pensar en lo que significa para nosotros, lo que significa sacrificar y evaluar las cosas antes de nuestro sacrificio. Y [meditar] lo que podrías sacrificar por ti mismo y por los demás”.

De manera similar, Marie Calixte —educadora para familias y niños de necesidades especiales— que asistió a la misa de St. James durante su hora de almuerzo, dijo que ha sido una bendición para la iglesia estar abierta.

“Entiendo que tener la marca de la cruz en la frente tiene significado, pero estoy feliz de haber podido recibir las cenizas aunque fuera de otra manera, y feliz por el simple hecho de estar aquí presente”, dijo Marie Calixte.

En lugar de hacer un sacrificio este año, Marie planea dedicar más tiempo a la oración, a la meditación y a la familia.

Miguel Deida, feligrés de Nuestra Señora de los Ángeles, quien asistió a la Misa del Miércoles de Ceniza en St. James, cree que este año hacer un sacrificio de Cuaresma es más importante que nunca.

“Porque lo que haces este año demuestra que, después de todo lo que ha pasado, realmente lo dices con mucha más conciencia”, dijo. “Todos esperamos lo mejor”.

El tiempo de Cuaresma penitencial y lleno de gracia de este año concluye el 1 de abril, y el Domingo de Resurrección (Domingo de Pascua) se celebrará el 4 de abril.