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Presidente de Migración de USCCB y CRS solicitan TPS para venezolanos en EE.UU.

WASHINGTON—. Mons. Joe S. Vásquez, obispo de Austin, y presidente del Comité de Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), se unió a Sean Callahan, director ejecutivo de Catholic Relief Services (CRS), para enviar este 4 de abril una carta a Kirstjen Nielsen, Secretaria de Seguridad Nacional, y al Secretario de Estado, Michael Pompeo, solicitando la designación de 18 meses de Estatus de Protección Temporal (TPS) para Venezuela.

Mons. Joe S. Vasquez, obispo de Austin, Texas, en una foto de archivo de 2017 photo.(CNS/Bob Roller)

El TPS es un estado de inmigración temporal, renovable y autorizado por ley que permite a las personas permanecer y trabajar legalmente en los Estados Unidos durante un período en el que se considera inseguro que los ciudadanos regresen a su país de origen.

En la actualidad no existe ningún programa de protección temporal para los venezolanos. Sin embargo, las condiciones en el país y la inestabilidad política existente en la actualidad han creado una situación en la que la USCCB y CRS consideran que los ciudadanos de esa nacionalidad no pueden ser devueltos a sus hogares.

La solicitud ha sido enviada dos días después de que la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) acusara al gobierno de cometer crímenes de lesa humanidad. En el documento Tengo Sed, un “Mensaje al Pueblo de dios y las personas de buena voluntad en Venezuela”, los Obispos explican que “interpretando como pastores los clamores y anhelos de nuestras comunidades, hemos escrito varios mensajes con referencia a la realidad propia de las Iglesias locales. Desde el anuncio del Evangelio, se ha iluminado lo que está viviendo, sufriendo y esperando la gente. En dichos mensajes se ha hecho mención de situaciones particulares que van desde lo acontecido en las fronteras con Colombia y Brasil hasta las consecuencias del así llamado ‘apagón eléctrico nacional'”.

Tras ratificar que el hombre y la dignidad humana deber ser centrales en la sociedad como enseñan el magisterio y la Doctrina Social de la Iglesia, los obispos acusan al actual régimen de cometer “crímenes de lesa humanidad” contra el pueblo venezolano, señalando que “la ingobernabilidad existente tiene su raíz en la ilegitimidad del régimen”.

6.- Entre esos “crímenes de lesa humanidad” pueden considerarse numerosas situaciones sobre las que hemos alertado en varios documentos del Episcopado. Mencionamos algunas de ellas: el asesinato y represión de los indígenas pemones y otras etnias del sur del país, a quienes además se les irrespeta sistemáticamente sus culturas; la deportación forzosa de colombianos y venezolanos, sin los procedimientos de ley cuando en 2016 se cerró la frontera con argumentos poco creíbles; la encarcelación u otra privación grave de la libertad física en violación de normas fundamentales; la tortura que se realiza en contra de detenidos por motivos políticos; la imposición intencional de condiciones de vida como la privación del acceso a alimentos y medicinas; la desaparición forzada de personas, es decir, la aprehensión, detención o secuestro por parte del Estado, con su autorización, apoyo o aquiescencia, seguido de la negativa a informar sobre la situación y lugar de reclusión.

La Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia de Obispos de Venezuela ha observado recientemente numerosas violaciones de derechos humanos fundamentales infligidas por la policía del país y la violación del acceso de los ciudadanos a la salud y la medicina. CRS también ha informado sobre la crisis humanitaria en Venezuela, la escasez aguda de alimentos y la desnutrición que enfrenta el país.

“Una crisis ha creado el más grande desplazamiento humano en Latinoamérica”, dicen en su website, en el que “más de 3 millones de Venezolanos han huido de Venezuela por la violencia y la pobreza a países vecinos para poder encontrar acceso a servicios básicos. Muchos de ellos terminan durmiendo a la intemperie en parques y calles”.

La solicitud de TPS presentada a las autoridades por la USCCB y CRS se basa en la certeza de que “en este momento, es vital que los venezolanos en los Estados Unidos tengan la oportunidad de vivir con dignidad, trabajar legalmente y mantener el bienestar de sus familias hasta que puedan regresar a sus hogares de manera segura”, según señaló Mons. Vásquez.

Por su parte, el director ejecutivo de Catholic Relief Services, pidió que se extendieran las señales de solidaridad en estos momentos de crisis. “Debemos brindar asistencia humanitaria a todos nuestros hermanos y hermanas venezolanos que lo necesiten, ya sea que vivan en los Estados Unidos, en otros países sudamericanos o en la propia Venezuela”, dijo Sean Callahan.