Octubre es el mes del Santo Rosario. El 7 de octubre celebramos la fiesta de Nuestra Señora del Santísimo Rosario. En una audiencia general el 2 de mayo de 2013, el papa Francisco destacó la importancia de rezar el Santo Rosario: “En este mes de mayo, quisiera recordar la importancia y la belleza de la oración del Santo Rosario. Rezando el Ave María, somos conducidos a c
ontemplar los misterios de Jesús, es decir, a reflexionar sobre los momentos centrales de su vida, para que, como para María y para san José, Él sea el centro de nuestros pensamientos, de nuestras atenciones y de nuestras acciones”.
Rezar el Santo Rosario, sobre todo si se hace en familia, es una bendición para cada hogar. El padre Roberto Cadavid, vicario parroquial de Santa Rita, en Long Island City en Queens, afirma: “El Santo Rosario es una de las devociones más antiguas”.
“Es importante, porque rezar el Santo Rosario es como meditar en la compañía de la Santísima Virgen María el misterio de la vida de su hijo Jesús, en su infancia, en su pasión, en su muerte y en su gloriosa resurrección”.
Para la hermana M. Lilia M.C., de la congregación de las Misioneras de la Caridad, una de las enseñanzas que les dejó la santa Madre Teresa de Calcuta fue la devoción a la Santísima Virgen María. “Madre era una mujer enamorada de Jesús, con esa pasión que sin hablar, uno se da cuenta que ella es toda para Él y todo lo que hace y todo lo que tiene es Él a través de María. La devoción a la Santísima Virgen María es algo que estaba siempre en su boca, pero si tú la mirabas, la podrías reconocer siempre con su Rosario en la mano. Siempre decía que tener el rosario en la mano era la manera de tomar la mano de María”.
“Me parece que es de suma importancia porque el Rosario bien meditado, bien rezado, nos conecta con el cielo. Nos conecta en esa intimidad de amor, devoción, de fe y de esperanza con la Santísima Virgen María, con su hijo Jesús nuestro Señor y por supuesto que recibimos gracias y muchas bendiciones”, dice el padre Roberto Cadavid.
Según la hermana M. Lilia M.C., “en la tradición se dice que el Rosario fue llamado el Evangelio del pobre, cuando no todos tenían acceso a la Biblia; y si hablamos de Evangelio, estamos hablando de la palabra de Dios. En el Rosario estamos repitiendo la palabra de Dios y repitiendo la oración que Jesús nos enseñó. Estamos envolviendo nuestra mente en un momento específico de la vida de Jesús y su madre, haciendo esta oración profunda que es la contemplación. Es en ese momento que el Señor cura, el Señor sana, el Señor restaura y el Señor hace cosas nuevas”.
El padre Cadavid recuerda lo dicho por San Juan Pablo II: “El Santo Rosario es como esa escalera por la cual vamos subiendo peldaño tras peldaño hasta alcanzar el cielo”. Para el vicario parroquial de Santa Rita, “hay otra expresión muy hermosa que yo aprendí y que siempre recalco sobre ella y es que rezar el Santo Rosario es el ofrecimiento de las 50 rosas más hermosas que hay en el jardín de nuestro corazón a la Santísima Virgen María”.