Richard Arnéz llegó a Nueva York cuando los titulares de los diarios anunciaban el establecimiento de la Unión Europea, cuando Rigoberta Menchú recibió el Premio Novel de la Paz y cuando Carlos Salinas de Gortari, Presidente de México, firmaba el Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá.

Richard nació en Cochabamba (Bolivia) pero en 1992 viajo a los Estados Unidos para reencontrarse con sus padres que vivían aquí. Veintiséis años después es dueño de dos tiendas donde vende uniformes de fútbol y otros implementos deportivos.

“Este negocio era de mi mamá que se retiró porque estaba ya cansada dejándomelo a mí. Luego, como se dice, agarré las riendas”, dice Richard.

Sin embargo, su camino para obtener el éxito que ha alcanzado no fue tan fácil ya que porque por falta de ganancias tuvo que replantearse varias veces qué vender, debido al bajo margen de utilidades que tuvo al principio con la venta de joyas.

“Cuando llegaban los mundiales de fútbol notábamos que a la gente le gustaba comprar, así que después nos enfocamos en esto, y de eso hace ya diez años”, dice Richard, cuyo olfato y habilidad para los negocios se percibe de lejos.

El primer local lo aquiló en la calle 93 con Roosevelt Avenue, luego se mudaron a la 82 sobre la misma avenida y finalmente hace siete años se instalaron en la calle 84, donde se están actualmente.

La camiseta que más se vende en sus tiendas es la del FC Barcelona, especialmente si lleva el nombre de Messi. En cuanto a las camisetas de los seleccionados nacionales se venden mucho las de Colombia, México y Ecuador.

Como era de esperarse, en el mundial de fútbol de este año hubo un importante incremento en las ventas y se espera que durante la Copa América del próximo año ocurra lo mismo.

Como buen emprendedor Richard conoce los secretos de su negocio y sabe que las camisetas siempre se están actualizando, así que si un fanático compra la camiseta de su equipo o de su selección esta temporada, seguramente hará lo mismo en la siguiente.

Richard comenta que los tiempos más difíciles para cualquier emprendedor son al principio, mientras se conoce el negocio, luego van surgiendo ideas y se va conociendo cada vez mejor la dinámica de cada negocio en particular. “Yo aspiro siempre a ir más allá. Por eso ahora estoy incursionando en el bordado y para eso compré una nueva máquina. Además, me estoy metiendo a la línea de trofeos, porque si uno no se diversifica no prospera”, revela Richard con la seguridad y la experiencia de todo un experto en materia de mercadeo.

Ecuamex Variedades

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