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Sacerdote atacado: agresor menciona escándalo de abuso sexual

MERRILLVILLE, Indiana (CNS)—. Un sacerdote católico bizantino fue atacado el 20 de agosto en la sacristía de una iglesia en Merrillville, cerca de Gary, en el noroeste de Indiana.

El padre Basil Hutsko fue golpeado durante un asalto a la iglesia St. Michael.

El agresor, quien todavía no ha sido capturado, lo agredió desde atrás, según el padre Thomas Loya, director de la Oficina de Respeto por la Vida de la Eparquía Católica Bizantina Rutena de Parma, Ohio, y miembro del consejo de presbíteros de la eparquía.

En una publicación en Facebook después del ataque, el padre Loya contó que “el agresor le cubrió la boca y le golpeó la cabeza contra el suelo. Antes de perder el conocimiento, padre Basil escuchó al agresor decir: “¡Esto es por todos los niños! — refiriéndose a los escándalos del abuso sexual por clérigos que han resurgido en Pensilvania y otros lugares.

Padre Hutsko, de unos 60 años, no es sospechoso de abuso, dijo a Catholic News Service padre Loya durante una entrevista telefónica el 21 de agosto.

Padre Loya dijo que al momento del ataque padre Hutsko estaba solo en la iglesia después de terminar la liturgia matutina. Él añadió que el agresor “tiene que haber sido bastante fuerte porque padre Hutsko es un hombre bastante saludable y fuerte”. Padre Loya señaló que el agresor usó guantes. “Fue lo suficientemente inteligente para no dejar huellas”.

“Pienso que algunos feligreses vinieron” y vieron a la víctima, dijo el padre Loya, quien también es pastor en la parroquia católica bizantina Annunciación en Homer Glen, Illinois. La iglesia no estaba cerrada al momento del ataque. “Finalmente él despertó. Estaba un poco mareado”, dijo refiriéndose al padre Hutsko.

“El agresor logró escapar. La policía vino, pero todavía no ha detenido a nadie. Aparentemente algunas personas dijeron más tarde que lo único que notaron allí fue un automóvil en el estacionamiento durante un rato que luego desapareció”, dijo padre Loya.

Padre Hutsko fue una víctima inocente, dijo el padre Loya.

“Todos los clérigos ahora tienen que estar vigilantes. No paranoicos, pero sí vigilantes”, añadió. “Es tiempo de testimoniar”.