CIUDAD DEL VATICANO (Por Cindy Wooden/CNS)—. La Iglesia Católica ha sido lenta en reconocer la presencia de homosexuales en el sacerdocio, por lo cual los superiores tienen que ayudar cuidadosamente a los candidatos homosexuales a prepararse para una vida de celibato o irse del seminario, dijo el papa Francisco.
“La homosexualidad es un asunto muy serio que tiene que discernirse adecuadamente desde el principio con los candidatos si este es el caso. Tenemos que ser exigentes”, dijo el papa al padre claretiano Fernando Prado en el nuevo libro-entrevista “La fuerza de la vocación. La vida consagrada hoy”.
Extractos de la entrevista en agosto entre el padre Prado y el papa fueron impresos en periódicos el 1 de diciembre, antes de la publicación del libro.
El papa Francisco le había dicho a reporteros en 2013: “Si alguien es homosexual y está buscando al señor y tiene buena voluntad, “¿entonces quién soy yo para juzgarlo?”.
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Algunos noticieros y publicaciones contrastaron ese comentario con lo que el papa Francisco le dijo a padre Prado, aunque el papa Francisco aclaró en la entrevista nueva que estaba hablando de la actividad homosexual entre los sacerdotes y religiosos que toman votos de castidad y celibato.
“En la vida consagrada o en la del sacerdocio no hay lugar para este tipo de afecto”, dijo el papa. “Por tal razón la iglesia recomienda que las personas que tengan esta tendencia profunda no sean aceptadas para el ministerio ni la vida consagrada”.
“A los sacerdotes, los religiosos y las religiosas se les debe instar a vivir en celibato completamente y especialmente a ser perfectamente responsables, tratando de nunca crear escándalo en sus comunidades ni para el santo pueblo de Dios viviendo una doble vida”, dijo el papa. “Sería mejor si ellos abandonaran el ministerio o la vida consagrada en vez de vivir una vida doble”.
El papa Francisco le dijo a padre Prado que hoy día “en nuestras sociedades parece que la homosexualidad está de moda y esta mentalidad de cierta manera ha influenciado también la vida de la iglesia”.
Él dijo que los programas de los seminarios y de formación religiosa tienen que ser actualizados para tomar este asunto en serio, para ayudar a los seminaristas y a los aspirantes a entenderse a sí mismos y las obligaciones del celibato, promover la madurez y facilitar el discernimiento sobre si el candidato está listo y capacitado para vivir una vida célibe.