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BALTIMORE—. Aferrándose a las imágenes de ellos mismos a la edad en que fueron objeto de abuso, los sobrevivientes caminaron en silencio, a manera de protesta contra una Iglesia, que dicen, no los protegió.
“Ahora finalmente recibiré una respuesta a la pregunta que me he hecho toda mi vida, ¿está la ley canónica por encima de la ley federal?”, dice Shaun Dougherty. Quién reveló su historia de abuso durante la reciente investigación de la fiscalía estatal de Pennsylvania. Había esperado que hubiera llegado el cambio a la iglesia con la resolución de nuevas regulaciones obligando a rendir cuentas a los obispos, pero estaba decepcionado.
“Ante la solicitud de la Santa Sede, no votaremos sobre los dos puntos de acción en nuestra documentación sobre la crisis de abuso”, dijo el cardenal DiNardo. Explicando que el Vaticano está insistiendo en que los obispos esperen para votar hasta la reunión de febrero del Papa enfocada en el abuso sexual.
El cardenal Blaise Cupich, arzobispo de Chicago, se puso de pie y recomendó que los obispos aún voten, aunque no sea un voto vinculante. “Podemos beneficiarnos de las discusiones que tendrán lugar en febrero y, de hecho, es posible que encontremos algunas ideas nuevas en las que no hayamos pensado. Pero tenemos que actuar pronto, sin demora”, recalcó Cupich.
El cardenal Cupich también sugirió que la Conferencia de Obispo de Estados Unidos (USCCB) celebre una reunión especial en marzo para comenzar a promulgar inmediatamente nuevos protocolos después de la cumbre del Vaticano en febrero.
Los obispos también escucharon oficialmente los testimonios de varios sobrevivientes durante su día de oración y reflexión el lunes. Dentro de ellos el de Luis Torres, un laico de la Diócesis de Brooklyn quien confiesa que ha encontrado esperanza en los esfuerzos de las diócesis desde la Carta de Dallas, promulgada en 2002. “El abuso de un niño es lo más cerca que se puede llegar a asesinar a alguien y tener su cuerpo aún respirando frente a uno”, dijo Torres. “La Diócesis de Brooklyn, particularmente a través de su Coordinadora de Asistencia a las Víctimas (VAC), me ha demostrado su disposición a compartir mi viaje y su compromiso de restaurar la fe, donde una vez conocí la traición”, agregó.