Nada más llegar a Staten Island desde este lado del puente de Brooklyn, uno se encuentra inmediatamente en el bulevar Padre Vincent Capodanno.
Algunos de nosotros nunca miramos por quién llevan el nombre algunas de estas calles, pero en el caso del Padre Capodanno, uno se sentiría sin duda edificado e inspirado.
El padre Capodanno nació y se crió en una familia italoamericana de Staten Island, y sintió la llamada a ser sacerdote y misionero.
Se unió a los Misioneros de Maryknoll y, tras su ordenación sacerdotal por el cardenal Francis Spellman, arzobispo de Nueva York, el padre Capodanno fue a Taiwán y Hong Kong para difundir el mensaje del Evangelio.
Más tarde, en 1965, el padre Capodanno vio la necesidad de que los sacerdotes sirvieran con la US Navy y los U.S. Marines en la guerra de Vietnam.
Durante una batalla llamada “Operación Swift”, el teniente de los marines estadounidenses, el padre Vincent Capodanno, resultó gravemente herido -perdió los dedos de la mano derecha- por un proyectil de mortero mientras ofrecía atención médica a los marines heridos.
Su heroísmo le llevó a no abandonar el campo de combate para atender sus propias heridas hasta que todos sus hermanos marines fueron evacuados. Mientras atendía a los marines heridos, el padre Capodanno puso su propio cuerpo delante de un joven herido, y el sacerdote murió tras recibir 26 disparos de un ametrallador enemigo.
Tras su muerte, el padre Capodanno recibió varios honores militares, incluida la Medalla de Honor, y, quizá lo más importante, la Archidiócesis de Servicios Militares abrió la causa de la santidad heroica del padre Capodanno. En 2006, el Vaticano nombró al padre Vincent Capodanno Siervo de Dios, el primer paso para convertirse en santo canonizado.
Este mes pasado, los asesores teológicos del Dicasterio de las Causas de los Santos del Vaticano sugirieron la suspensión de la canonización del padre Vincent Capodanno y pidió a los promotores de su causa de canonización que examinaran algunos aspectos más de su vida y respondieran a algunas preguntas concretas:
- ¿Fue su “aspecto meticuloso” -que fue documentada a menudo- una forma de vanidad? No, era un oficial militar estadounidense, y así es como fue entrenado para aparentar.
- ¿Por qué su propia comunidad, los Misioneros de Maryknoll, no ha promovido su causa? Ahora lo hacen, junto con la Archidiócesis del Servicio Militar.
- ¿Por qué no tenemos conocimiento de sus virtudes heroicas salvo en los últimos momentos de su vida? No se puede llegar a una muerte como la del padre Capodanno si no se ha vivido una vida que le haya llevado a tomar su decisión.
¿Fue el padre Capodanno un mártir? ¿Murió por la fe cristiana? ¿O murió porque era un soldado que cumplía con su deber? La respuesta es ambas cosas.
El padre Capodanno fue capaz de ver a Cristo en los marines a los que atendía, y ese reconocimiento de imagen y semejanza le llevó a ofrecer su propia vida por un compañero marinero.
El padre Capodanno es un héroe local. Aunque su causa de canonización está actualmente suspendida, quizá debamos considerar esto como un revés, no como un fracaso.
Para utilizar un concepto militar, una batalla está perdida, pero no la causa de su santidad.