Estatua creada a partir de la Sábana Santa plantea nueva hipótesis sobre cómo era Cristo

ROMA—. La Síndone o sudario de Turín —también conocida como Sábana Santa— es una pieza de tela centenaria que pudo haber cubierto el cadáver de Cristo en su tumba. Según la tradición, el tejido conserva improntas de varias partes del cuerpo de Jesús.

Tras un estudio minucioso de la Síndone y de la anatomía del hombre al que cubría, el escultor italiano Sergio Rodella envolvió con una réplica de la Sábana Santa su estatua para comprobar si coincidían todas las marcas.

Ivan Marsura, director del Museo de los Papas, dice que otros modelos realizados anteriormente a partir de la Síndone eran más artísticos que científicos. Esta nueva estatua, en cambio, reúne cientos de estudios científicos que se han realizado hasta la fecha sobre la Sábana Santa y ayudará a comprender su autenticidad brindando nuevas informaciones a los historiadores y expertos.

“Podría decir que por primera vez, si uno sitúa la Síndone y envuelve la escultura todo encaja a la perfección”, dice Masura.

“El hombre de la Síndone tenía una semi parálisis y las heridas de los clavos no estaban en las muñecas, sino en las manos”, explica.

La escultura fue finalizada tras dos años de estudios anatómicos, durante los cuales, en tres ocasiones el escultor se vio obligado a destruirla y comenzar de nuevo. Lo hizo para lograr un ejemplar exacto, y eso le llevó más tiempo de lo esperado.

Rodella construyó primero un modelo en hierro del esqueleto y usó técnicas de reconstrucción virtual durante todo el proceso.

Mons. Cesare Nosiglia, Arzobispo de Turin, y custodio papal del Santo Sudario, frente a la Síndone en una exhibición privada para los medios en 2015. (CNS/Paul Haring)

También usó los negativos de las fotografías de la Síndone, guías matemáticas y papel transparente para poder identificar cada una de las heridas que sufrió Jesús.

A partir de ahora realizará réplicas de estas figuras en mármol, bronce y madera, para enviarlas a iglesias de todos los países.

La exposición en Roma fue breve, ya que Sergio Rodella quiere llevar su estatua por todo el mundo. Junto a ella también se exponen fotografías y una réplica exacta de la Sábana Santa, además de otros objetos relacionados con la Pasión de Cristo.

¿Era Jesucristo machista?

“Este hombre es un machista”. Insultos semejantes se escuchan con frecuencia. Las mujeres se sienten ofendidas por la actitud de superioridad que muestran algunos hombres. Quizá sea interesante preguntarnos sobre la opinión de Jesús sobre las mujeres; es decir, con perdón, preguntarnos si era machista.

En los evangelios aparece muy claro que siempre las defendió, superando el machismo de su tiempo. Él mantuvo con respecto a las mujeres, una actitud de apertura, de acogida, de respeto y ternura, como aparece en los evangelios.

La mejor manera de conocer el corazón del Señor en su relación con las mujeres será presentar las palabras suyas mostradas en distintos encuentros con ellas. Los Evangelios son generosos y claros en contarlas.

Todo el capítulo 4 del Evangelio de San Juan describe el bello encuentro de Cristo con la mujer samaritana y su diálogo respetuoso, junto al pozo de Jacob. Él, sediento y necesitado, sencillamente le suplica: “Dame de beber”. Y al final de la conversación, reconoce su opinión y le dice cariñosamente: “Tienes razón, mujer, en eso has dicho la verdad”.

Pasando a otro episodio, Jesús se enfrenta a los soberbios que querían condenar a las prostitutas. El Maestro se enfrenta a ellos, las defiende y anuncia claramente: “Los publicanos y las prostitutas entrarán antes que vosotros en el Reino de Dios”.

En otra ocasión, Cristo no acepta que en el matrimonio se discrimine a la mujer, repudiándola y despachándola por cualquier excusa que se le ocurra a un hombre. Por eso, dice con palabra firme: “Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”.

Por el contrario, ¡cuántas alabanzas de Jesús a las mujeres encontramos escritas en los evangelios!

A la pedigüeña pagana, le reconoce: ¡Mujer, qué grande es tu fe!

Ante los que se burlaban de él, ordena a la que creían muerta: “Muchacha, a ti te lo digo, levántate”.

A la enferma con flujos de sangre: “Animo, mujer, tu fe te ha salvado”.

Y a la pobre viuda de Naím le dice lleno de compasión: “No llores, mujer”.

Una muestra más del respeto de Jesús con las mujeres es narrada en el capítulo 8 de Juan: la mujer sorprendida en adulterio. Los fariseos le hacen una pregunta provocativa: La ley nos manda apedrear y matar a las adúlteras, ¿tú qué dices? El Señor responde sereno: “Aquel que no tenga ningún pecado, que arroje la primera piedra. A la pecadora, Jesús le dice dulcemente: “Mujer, yo no te condeno. Vete en paz y no peques más”.

Antes de sufrir Jesús su dolorosa Pasión, otra mujer en Betania derrama sobre su cabeza un oloroso perfume. Ante las críticas injustas de algunos envidiosos, Jesús la defiende también fuertemente: “¿Por qué molestan a esta mujer? Lo que ha hecho conmigo es realmente una buena obra. Dondequiera que se proclame el Evangelio, en todo el mundo, se contará también su gesto, y será su gloria.”

 Jesús es tan delicado con las mujeres que, incluso ensangrentado y lleno de dolor, camino del calvario, les consuela así: “Hijas de Jerusalén, no lloréis por Mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos”.

¿Qué te dicen estas palabras del Señor sobre las mujeres?

Globalizar la solidaridad

EL PAPA FRANCISCO ha hecho reiterados llamados a globalizar la solidaridad.

Este llamado es una urgente invitación a construir puentes de solidaridad para alcanzar las periferias sociales donde muchas veces la esperanza se ve sofocada por la injusticia social y el egoísmo. Este llamado está en consonancia con el magisterio petrino de sus predecesores: la Iglesia Católica, siguiendo el ejemplo de Jesucristo, busca el crecimiento y desarrollo integral de cada ser humano.

A sub-Saharan migrant gestures when a Spanish rescue boat arrives after trying to cross the Strait of Gibraltar Aug. 12. Pope Francis called for the "globalization of charity" through an international network to fight human trafficking and ensure the rights of migrants and refugees. (CNS photo/A. Carrasco Ragel, EPA) See POPE MIGRATION Sept. 23, 2014.
Foto: Catholic News Service.

Uno de los rasgos sobresalientes de la historia de la Iglesia en el último siglo ha sido la asimilación y el progreso constante de su doctrina social. Es una línea de pensamiento que se ha articulado a través de numerosos
documentos papales y conciliares con los que la Iglesia da respuesta a los retos de la sociedad moderna.

Juan XXIII, Juan Pablo II y Benedicto XVI incluyeron los derechos humanos en la doctrina social católica como las “condiciones necesarias para la promoción y el respeto de la dignidad humana”. Como resultado, el tema de la solidaridad surgió en la Iglesia como el reconocimiento de la dignidad de la persona humana como ente social que se desarrolla en el seno de una sociedad particular.

Según Meghan Clark, para promover los derechos humanos las personas necesitan la colaboración mutua y la reciprocidad.

La solidaridad emerge como una firme determinación de promover el bien común para todos los miembros de la sociedad. La solidaridad enfatiza entonces la naturaleza social constitutiva de la persona humana reconociendo al mismo tiempo la dignidad humana y los derechos de todos los miembros dentro de la comunidad.

Este concepto de solidaridad ha sido abordado en la Doctrina Social católica desde diferentes perspectivas. Por ejemplo, el papa Pablo VI en su encíclica Populorum Progressio enfatiza el desarrollo como un proceso solidario que busca al mismo tiempo el desarrollo de la persona y de la comunidad. Juan Pablo II se centró en la libertad y la responsabilidad de llamar a la solidaridad diciendo que la persona es el objeto y el sujeto de cualquier actividad social y de desarrollo.

Sin embargo, el mundo sigue sufriendo hoy una crisis de la solidaridad y como consecuencia, los individuos construyen su estructura social particular, y las diferentes instituciones sociales que la integran como la economía, la educación, la política y la justicia, basados en principios que afectan el bien común, impidiendo que la persona humana alcance su dignidad plena. Por lo tanto, la relación de interdependencia entre los individuos, las sociedades y las naciones tiene que pasar de una relación utilitarista a una participación en la solidaridad humana.

Este llamado del Papa Francisco a globalizar la solidaridad, nos invita hoy, como pueblo latino en los Estados Unidos, a caminar para salir al encuentro de aquellos que están en las periferias. En la exhortación apostólica, La Alegría del Evangelio el papa nos dice que “cada cristiano y cada comunidad están llamados a ser instrumentos de Dios para la liberación y promoción de los pobres”.

En este marco se comprende el pedido de Jesús a sus discípulos: “¡Dadles vosotros de comer!” (Mc 6,37), lo cual implica tanto la cooperación para resolver las causas estructurales de la pobreza y para promover el desarrollo integral de los pobres, como los gestos más simples y cotidianos de solidaridad ante las miserias muy concretas que encontramos”.

¡Padre, quiero hacer un juramento!

MI LABOR PASTORAL con los hispanos me ha enseñado mucho, y me enseña más y más prácticas de algunos aspectos de nuestra fe católica. A manera de ilustrar lo dicho, por ejemplo, Tirso me dijo un día: “¡Padre, quiero hacer un juramento!” Aquella vez, sin querer, Tirso me hizo ver la practicidad de nuestra fe. “¿Para qué es el juramento que quieres hacer?”, le pregunté.Salinas_BGen_Angela_Oath

El Catecismo de la Iglesia Católica dice: “Hacer juramento o jurar es tomar a Dios por testigo de lo que se afirma. Es invocar la veracidad divina como garantía de la propia veracidad. El juramento compromete el nombre del Señor. ‘Al Señor tu Dios temerás, a Él le servirás, por su nombre jurarás’ (Dt. 6, 13)” (n. 2150).

Los juramentos se suelen hacer antes de dar testimonio (juramento asertorio) o tomar posesión de un oficio (juramento promisorio). En el caso de Tirso, se trataba de algo fuera de ese ámbito. Era más bien algo de la vida cotidiana. Al parecer, él tomaba mucho. De vez en cuando, abusaba también de algún tipo de narcótico. La mujer y toda la familia ya estaban bien fastidiados a causa de sus vicios.

Él mismo se dio cuenta de que había tocado fondo. No podía más. Quería recomenzar de nuevo. Supongo que lo ha intentado muchas veces previamente, pero ahora, también por la obligación que le impuso su señora, quería invocar a Dios como aval de la veracidad de su recomienzo.

Un juramento es más que una promesa porque el cumplimiento de aquello que ha jurado adquiere un nivel de deber para con Dios. Es perjurio el juramento hecho sin intención de cumplirlo (cf. CIC, n. 2151-2151).

Ha sido una bonita experiencia ver muchas personas atadas por actividades adictivas, que para la salida y solución de sus ataduras viciosas, recurren a la fuerza de su devoción y de su religión. Esta es la razón por la cual, en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, hay una Capilla de Juramentos. En ella, ya se ha formalizado cómo hacer un juramento.

Delante de la imagen de la Morenita hacen la solemne promesa y ruegan a ella por su ayuda materna.

¿Jurar no va en contra de lo que ha dicho Jesucristo? Él nos dice: “Pues yo os digo que no juréis en modo alguno” (Mt 5, 34).Swiss_guard_swearing_in

En otra parte de la Biblia, San Pablo hizo un juramento cuando escribió: “Pongo a Dios por testigo, y que me muera si miento…” (cf. 2 Co 1, 23).

¿Cómo se entiende esto? El Catecismo de la Iglesia Católica nos provee una respuesta: “La tradición de la Iglesia ha comprendido las palabras de Jesús en el sentido de que no se oponen al juramento cuando éste se hace por una causa grave y justa [por ejemplo, ante el tribunal]” (n. 2154).

Volviendo al juramento de Tirso, él prometió no tomar por el resto de su vida. Yo, queriendo ser prudente, no quise aceptarlo. Le propuse que empezáramos con tres meses. Luego, puede volver para renovarlo.

Después de que Tirso se fue de mi despacho, me quedé con dudas y pensando.

¿Fue correcta la prudencia de no dejar hacer un juramento para toda la vida? ¿No sería mejor dejarle hacer lo que quería?