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Saltan a la prensa tensiones internas de Iglesia chilena

A partir de la publicación de la carta del Santo Padre a los obispos chilenos, fechada el domingo 8 de abril y hecha pública al día siguiente— se ha desatado una tormenta de recriminaciones, acusaciones y defensas entre varios líderes de la Iglesia en el país sudamericano.

En su carta, el Papa pedía perdón personalmente por haber incurrido en “graves equivocaciones” en el caso de Mons. Barros y señalaba como causa la “falta de información veraz y equilibrada” al respecto.

Críticas del padre Felipe Berríos a San Juan Pablo II, Sodano, Errázuriz y al Nuncio en Chile

El miércoles 11 de abril, en una entrevista con CNN Chile y otra con el noticiero 24 Horas, el padre Felipe Berríos, SJ, comentando la carta del Santo Padre, dijo: que “nos llena de esperanza de que al fin el Papa ha sido bien informado”. Y añadió: “Hay una responsabilidad directa del Nuncio Apostólico [Ivo Scapolo] y del Cardenal Errázuriz […]. Yo creo que otros tendrán que dar una explicación”. Y culpó la falta de información del Papa a una “máquina de desinformación que opera aquí [en Chile] y también en la Curia romana”. Y luego añade que no bastará la renuncia de Mons. Barros sino que tendrá que ocurrir un “cambio radical en la estructura de la Iglesia” que incluya un regreso a las comunidades de base y la teología de la liberación, así como una mayor participación de la mujer en las estructuras eclesiales.

El padre Felipe Berríos es el fundador de la organización no gubernamental TECHO y estuvo en el centro del escándalo de los correos electrónicos entre los cardenales Ricardo Ezzati y Francisco Javier Errázuriz filtrados a la prensa en septiembre de 2015. Los mensajes, cuya autenticidad no ha sido desmentida, apuntaban a esfuerzos por parte de ambos purpurados para evitar que el padre Berríos fuera nombrado capellán del palacio presidencial de La Moneda y que Juan Carlos Cruz, el acusador de Karadima, fuese nombrado miembro de la comisión creada por el papa Francisco para la prevención de abusos sexuales a menores.

Al día siguiente, en otra entrevista, el padre Berríos acusó al papa San Juan Pablo II y al Cardenal Sodano —a quien califica de “persona nefasta”— de la situación actual: “Una de las personas que frenó esto, que hizo retroceder a la Iglesia Católica fue el Papa Juan Pablo II. Más que él, porque se dedicó a los viajes, fue el secretario de Estado, Angelo Solano, una persona nefasta en esto que empezaron a nombrar a puros obispos repetidores de lo que se decía en Roma y que implementaron estos secretismos”.

Respuesta del Cardenal Errázuriz

Cardenal Errázuriz

El viernes 13, el diario La Tercera reportaba la respuesta del Cardenal Erázuriz a las acusaciones del padre Berríos. El Cardenal adujo que, como miembro del Consejo de Cardenales que asesora al Papa, no era su responsabilidad informar a Santo Padre sobre el caso de Mons. Barros u otros problemas de la Iglesia en Chile:

Como era de esperar, surgió la pregunta acerca de los canales de información del Santo Padre. ¿Quiénes debían informarlo de manera completa y veraz? No faltó un sacerdote que mencionó mi nombre entre los responsables, puesto que soy uno de los nueve cardenales que pertenecen al Consejo de Cardenales que nombró el Papa poco después de su elección.

…nuestra tarea no consiste en informar al Papa sobre las dificultades, los posibles errores y males que afectan a la Iglesia en todos los países. El Santo Padre cuenta con otros canales para este objetivo, como son las periódicas visitas ad limina, que le hacen los obispos cada cinco años; las nunciaturas apostólicas y los informes sectoriales que le entregan regularmente las congregaciones romanas, es decir, los ministerios de la Iglesia.

Críticas del ex secretario adjunto de la Conferencia Episcopal de Chile

Padre Osvaldo Fernández de Castro. Foto: Cortesía La Tercera.

Por su parte, el padre Osvaldo F. de Castro, ex secretario adjunto de la Conferencia Episcopal Chilena, en una entrevista con La Tercera, defendió al Cardenal Ezzati y criticó al Nuncio en Chile y a otras “personas cercanas al Papa” por la presente situación. Dijo que los obispos chilenos sí habían informado al Papa de la situación, pero que otros consejeros persuadieron al Santo Padre de que no los tomara en cuenta:

El Papa, cuando los obispos fueron a hablar con él para contarle la gravedad de este tema, pensó que no, él había escuchado otra voz y se quedó con esa, no la de nuestros obispos. Entonces surge una pregunta interesante de esto: ¿por qué el Papa no tuvo la confianza en nuestros obispos?

Y luego añade:

El Nuncio (Ivo Scapolo) tiene ese rol también, la de comunicación constante con la Santa Sede. No sé bien cuál es la mirada que tiene el Nuncio, que era bastante consciente del conflicto. Y hay una tercera forma de comunicación, que son personas cercanas al Papa que hablan con él, le cuentan, le escriben. Lo que yo no sé es cuánto valora el Papa cada una de estas voces… Lo que sí sé es que cuando nuestros obispos fueron a hablar con él, el Papa no le dio el peso a lo que estaban diciéndole. Mucha gente piensa que fue monseñor Ezzati quien puso a Barros en Osorno, y Ezzati habló más de una vez con el Papa para que no pusiera a Barros en Osorno.

También defendió al Cardenal Errázuriz, afirmando que “él siempre ha reconocido que (la de Barros) es una situación conflictiva. No creo que de ahí venga la información errada”.

En su carta del domingo pasado a los obispo de Chile, el Santo Padre señalaba el espíritu con que deberían transitar el difícil camino que se avecina:

Permaneced en mí (Jn 15,4): estas palabras del Señor resuenan una y otra vez en estos días. Hablan de relaciones personales, de comunión, de fraternidad que atrae y convoca. Unidos a Cristo como los sarmientos a la vid, los invito a injertar en vuestra oración de los próximos días una magnanimidad que nos prepare para el mencionado encuentro… 

Una semana después, el llamado a la comunión, la fraternidad y la magnanimidad que hacía el Papa, parece tener mayor urgencia.