El Vaticano propone iniciativas a parroquias y escuelas
A los cinco años de publicada Laudato Si’, la más profética de las encíclicas del papa Francisco y que le ha valido el reconocimiento aún de otras confesiones religiosas y líderes de estado, la coyuntura actual exige su mayor difusión y puesta en práctica.
Es por ello que en este período crucial, el Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral del Vaticano ha establecido que, por deseo del Santo Padre, desde el 21 de mayo de 2020 hasta el 24 de mayo de 2021 se celebre un año especial de aniversario de la mencionada encíclica, con la participación activa y entusiasta de todos.
Se podría decir que el año de aniversario comenzó con la primera Semana Laudato Si’ de mayo último, y continuará con diversas actividades; esto con el fin de alcanzar la conciencia, de que el mundo habitado necesita de una urgente “conversión ecológica”.
Convocatoria amplia
La invitación a participar de este año celebrativo está dirigido a todo el que quiera presentar respuestas inmediatas, a situaciones urgentes en el ámbito local, regional, nacional e internacional. Ya el papa Francisco en su encíclica convocaba a esta tarea: “todos podemos colaborar como instrumentos de Dios para el cuidado de la creación, cada uno desde su cultura, su experiencia, sus iniciativas y sus capacidades” (LS, 14). Si bien la lista de iniciativas propuestas es abierta, hay algunas que ya se pueden tener en cuenta en los calendarios y planes de trabajo del 2020 y 2021 en las diócesis, movimientos, escuelas y organizaciones civiles.
Por ejemplo, se tienen meses por delante para organizar iniciativas de celebración, reflexión y acciones concretas durante el llamado “Tiempo de la Creación”, que se desarrollará del 1 de septiembre al 4 de octubre próximos. Otra actividad que destacamos del documento es el Concurso Bíblico 2020, que será el primer concurso mundial de los medios de comunicación social sobre la Biblia, con especial referencia a la Laudato Si’.
También se podrá acompañar con la oración y actividades de interiorización durante la Reunión de Líderes Religiosos, propuesta
para principios de la primavera europea. Casi al finalizar el año de celebraciones, la ocasión será propicia para destacar el Día Mundial del Agua (22 de marzo), mediante iniciativas para cuidar este vital elemento, del cual no se abastece aún gran parte de la humanidad.
Conversión ecológica
El documento de preparación al año jubilar invitará a diversas instituciones, para que asuman el compromiso público de iniciar un camino de siete años hacia una total sostenibilidad en el espíritu de Laudato Si’, que no es otra cosa que lograr una ecología integral en varios espacios de la vida diaria.
Una de ellas son las «Familias Laudato Si’», que quieran emprender un camino de siete años hacia la ecología integral. Del mismo modo, y según su propia naturaleza y exigencia, se les invitará a seguir este camino planificado a las diócesis, escuelas, universidades, órdenes religiosas, hospitales, centros de salud, empresas y granjas agrícolas.
A esto, hay que sumarle el reconocimiento público que se hará a aquellas personas e instituciones que demuestren un recorrido práctico de trayectoria individual o comunitaria, para el cuidado de la casa común que es la Tierra.
Con este fin, a partir de 2021 se otorgaran los premios anuales Laudato Si’ al mejor líder mundial, así como al mejor animador local, mejor familia y escuela. Otros premios serán a la mejor diócesis, mejor parroquia o comunidad religiosa, junto al mejor modelo de empresa, granja agrícola, entre otros, entre los que están los medios de comunicación social.
Lo que se busca
Está claro que un año no es suficiente para conseguir una “conversión ecológica”, por lo que este plan busca ampliarse a siete años de forma escalonada y progresiva. Sin embargo, este tiempo jubilar de un año intentará alcanzar algunos objetivos iniciales, que sirvan para medir lo que es la ecología integral en el espíritu de Laudato Si’.
Se quiere por lo tanto, “una utilización mayor de energía limpia y renovable, y la reducción de combustibles fósiles para lograr la neutralidad de carbono, proteger y promover la biodiversidad, garantizar el acceso al agua potable para todos, entre otros”, según explica el documento vaticano.
Asimismo, se busca responder con una decidida defensa de la vida humana desde la concepción hasta la muerte y de todas las formas de vida sobre la tierra “con especial atención a los grupos vulnerables, como las comunidades indígenas, los migrantes, los niños en riesgo de esclavitud”.
A esto hay que sumarle lo que es una “economía ecológica”, que busca una producción sostenible, un comercio justo, así como consumo e inversiones éticas que no causen daño al planeta.
Para contribuir, debemos adoptar un estilo de vida sobrio, “evitando los plásticos desechables, adoptando dietas más vegetarianas y reduciendo el consumo de carne, así como utilizando más el transporte público”, por citar algunos. El replanteo y reformulación de los programas educacionales, promoviendo la vocación ecológica de los jóvenes, de los maestros y de los líderes en materia de educación, es otro de los objetivos propuestos.
Finalmente y a nivel espiritual, se quiere recuperar la visión religiosa de la creación de Dios, “estimulando el contacto con el mundo natural con espíritu de admiración, alabanza, gozo y gratitud (y) promover celebraciones litúrgicas centradas en la creación, elaborar enfoques ecológicos de catequesis, oración, retiros, formación, etc.”
Como vemos, todos pueden encontrar su propio espacio de acción durante este primer año Laudato Si’.