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Un desfile improvisado por la Quinta Avenida

Esto es lo que suele suceder el Día de San Patricio: las campanas que suenan en la Catedral de St. Patrick’s en Manhattan son escuchadas por más de 100,000 personas que participan en el desfile y al menos un millón de espectadores a lo largo de una milla y media de la Quinta Avenida. Pero por primera vez en más de 250 años, el desfile anual se pospuso en medio de las preocupaciones causadas por el COVID-19. La misa del Día de San Patricio se transmitió en vivo ya que todas las misas en la Arquidiócesis de Nueva York fueron canceladas desde el 14 de marzo.

Eso no impidió que la junta directiva y los miembros del comité del desfile hicieran un esfuerzo por continuar la tradición de la ciudad de Nueva York que se remonta a 1762. El sonido de la gaita todavía resonaba en la madrugada del 17 de marzo, mientras un reducido grupo de manifestantes fueron conducidos desde el 69th Regiment Armory hasta la Quinta Avenida.

El cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York, se dirigió a los fieles desde su Twitter.

“Creo que compartirías mi sentimiento en el Día de San Patricio, necesitamos que hoy expulse a las serpientes”, dijo el cardenal Dolan. “Me refiero a la serpiente del coronavirus que está lastimando y perjudicando e incluso quitando la vida a muchos de nuestros hermanos y hermanas. Pero también estoy hablando de las toxinas, las serpientes venenosas de nuestro propio egoísmo, nuestro propio miedo, nuestro propio juicio de las personas o nuestro propio pecado”.

Todas las fotos de este reportaje y galería son de Jeffrey Bruno.

Afuera de la Catedral de St. Patrick’s, el sitio más popular de Nueva York los 17 de marzo, las calles estaban vacías. En lugar de carrozas en la ruta del desfile, había una reducida cantidad de taxis con conductores que llevaban puestas mascarillas. En lugar de gaiteros y bailarines irlandeses, una persona se detuvo frente a la iglesia para tomar una foto en su celular y seguir caminando. La única evidencia que insinuaba algún tipo de herencia católica irlandesa era la bandera de Irlanda ondeando en lo alto de la catedral, que mantenía sus puertas abiertas al público para la oración privada.

Un pequeño grupo de visitantes de Escocia le dijo a The Tablet que habían planeado su viaje a Nueva York solo para asistir al desfile, sin saber que sería cancelado. Denise y Mark Madden, así como dos de sus amigos, visitaron la catedral y vestían camisas verdes con tréboles.

“Vinimos, encendimos una vela, rezamos una oración por nuestra propia familia, por nosotros, por todos en Nueva York y todos los que están en casa”, dijo Denise.

El grupo dijo que están tomando las precauciones sanitarias necesarias mientras hacen turismo por la gran manzana, se lavan las manos y tienen cuidado. Denise dijo que continuarán con el espíritu del desfile del Día de San Patricio comprando cervezas y celebrando en su hotel.

“Levantaremos una jarra por San Patrick, por todos los que están en casa y todos los que no pudieron asistir al desfile”, dijo. “Volveremos, pondremos música irlandesa, beberemos y celebraremos el Día de San Patricio”.

Celebrar en espacios cerrados era su única alternativa. Un par de pubs cerca de la catedral que generalmente se llenan de multitudes durante el Día de San Patrick estaban cerrados. El alcalde Bill de Blasio anunció el 19 de marzo que todos los restaurantes y bares se limitaban solo a vender comida para llevar para de esta manera obligar a los neoyorquinos a practicar el distanciamiento social en medio del brote de coronavirus. El departamento de policía de la ciudad (NYPD, por sus siglas en inglés) comunicó a sus oficiales que podían multar e incluso arrestar a dueños de restaurantes o bares que no acataran las reglas que prohibían abrir para comer y hacer vida nocturna.

También fue la primera vez que el padre Christopher Heanue no participó en las festividades del desfile. El padre Heanue dirige el Ministerio irlandés en la diócesis de Brooklyn. Dijo que a pesar de que la gran celebración no tendría lugar, el lado positivo es que los católicos aún pueden honrar el día a través de su fe.

“Creo que hoy en día las personas pueden hacer sus oraciones personales de una manera particular”, dijo el padre Heanue. “Nos plantea la pregunta, ¿qué hace que el Día de San Patricio sea un día importante? ¿Es solo un día para beber y celebrar o es un día para recordar las tradiciones católicas de Irlanda y las grandes obras que la Iglesia Católica ha realizado en Irlanda y en todo el mundo? Es un día para evangelizar haciendo honor al mismo San Patrick. Ayuda a poner las cosas en perspectiva”.

Afuera de la Catedral de San Patricio, tres hombres, también vestidos de verde y llevando sombreros irlandeses, dijeron que han participado durante años en este desfile. Se alegraron de que la catedral estuviera abierta ese día que forma parte intrínseca de sus identidades. Kevin Einsmann creció asistiendo a St. Andrew Avellino, en Flushing; Marcus Sverko a San Sebastián, en Woodside y el padre salesiano Steven Ryan, creció en Staten Island. El día fue agridulce para el padre Ryan. El sacerdote es el viceprovincial de la Provincia de San Felipe y miembro de la Antigua Orden de Hibernios. Se aferró a su fe y al testimonio de San Patrick como un faro de esperanza durante estos tiempos.

“Bueno, hay una sensación de tristeza y dolor por tener que enfrentar esta situación, pero también, por nuestra fe y por el mensaje que nos envió San Patrick, hay esperanza”, dijo el padre Ryan. “No podemos permitir que ningún obstáculo, ni siquiera este coronavirus, nos impida proclamar a Cristo… San Patrick no se detendría”.