La parroquia Nuestra Señora del Monte Carmelo en Williamsburg celebró desde el 5 hasta el 16 de julio su tradicional fiesta de San Paulino.
La primera fiesta de San Paulino fue celebrada por los inmigrantes napolitanos que se asentaron en en Williamsburg, Brooklyn, hace más de un siglo. En su edición 130, los feligreses disfrutaron 12 días de música, danzas y procesiones en las que participaron vecinos del área y visitantes. Pero en Nuestra Señora del Monte Carmelo se oficiaron misas multilingües (inglés, español e italiano).
“Para mí es una tradición venir cada año, mis padres vivieron en Williamsburg, allí también vivieron mis abuelos, ellos eran inmigrantes italianos y a pesar de ser la segunda generación de americanos en mi familia, mis raíces italianas son muy fuertes y mi fe en San Paulino de Nola es muy grande”, comenta Antonio Rabolini.
Cada año la comunidad italiana de Williamsburg celebra el regreso de monseñor Paulino, obispo de Nola, de la esclavitud. Este festival se hizo famoso en el sur de Italia, especialmente en Nápoles.
San Paulino regresó junto a otros esclavos a su pueblo acompañados de barcos llenos de grano. Sobre la playa de Torre Anunziata, fue acogido junto con los prisioneros rescatados de los fieles de Nola que llevaban y batían ramos de flores.
En Williamsburg este momento es reproducido y construido en sus calles. El lirio o Giglio como se llama en italiano, se ha transformado en una torre gigante adornada con flores y ángeles y coronada con una estatua de San Paulino. Ambas estructuras llevan una banda de música folclórica tradicional italiana, mientras que 350 feligreses levantan estas estructuras por las calles de la parroquia bajo la dirección de un solo hombre llamado en italiano Capo Paranza o Capo. La torre tiene una altura de 72 pies de altura y pesa cuatro toneladas.