Bajo la lluvia del otoño romano, el Papa Francisco se hizo presente en medio de una multitud para la habitual Audiencia General de los miércoles en donde continuó con la catequesis sobre los viajes de San Pablo y la expansión del Evangelio en el mundo.
Antes de salir en el Papamovil entró en el Aula Pablo VI para saludar a los enfermos que participaron del encuentro a través de una pantalla gigante a fin de protegerse del agua, a ellos, el Santo Padre les agradeció su presencia y recalcó el carácter testimonial de amor a la Iglesia del hecho que ni las condiciones desfavorables del clima detengan a la multitud que quiere escuchar al Papa. Finalmente los invitò a rezar un Ave Marìa, les dio la bendición y les pidió que rezaran por él, luego se dirigiò hacia el palco preparado en la Plaza de San Pedro.
Los hermanos mayores en la fe
Como un preludio al tema de la catequesis, Francisco se refirió a como Aquila y Priscila llegaron a roma escapando de un persecución al pueblo judío, marcado en su historia por la injusticia.
El corazón lleno de Dios sabe hacer espacio
La acogida de Pablo por parte de este matrimonio judío es un testimonio de la presencia de Dios entre ellos que los hace connaturales al “arte cristiano de la hospitalidad” y al recibir al evangelizador abren también las puertas al Evangelio de Cristo, que es “el poder de Dios para la salvación de quien cree”.
El que no trabaja que no coma
Pablo no se queda como “un privilegiado” en medio de sus anfitriones sino que comparte la actividad profesional de estos como “una oportunidad ideal para el testimonio cristiano, así como una forma justa de estancia sin ser una carga para los demás.”
La Familia, Iglesia doméstica
La casa de este matrimonio no se abre solamente a Pablo, sino a toda la comunidad transformándose en “un lugar donde escuchar la Palabra de Dios y celebrar la Eucaristía.” “Incluso hoy, en tantos lugares donde no existe libertad religiosa, libertad para los cristianos […] existen estas casas de familias que se convierten en un templo” señaló el Pontífice.
Modelo de vida conyugal y de compromiso con la comunidad
Refiriéndose al ejemplo de Aquila, el Papa recordó que, “gracias a la fe y al compromiso con la evangelización de tantos laicos como ellos, el cristianismo nos ha llegado.” Seguidamente lanzó un apelo a cada uno de nosotros con las siguientes palabras: “Usted también es responsable de su bautismo para continuar con la fe.” Para finalizar citó al Papa Emérito Benedicto XVI: “los laicos dan humus al crecimiento de la fe.”