Biblia

¿Cómo era la situación de la mujer en Israel?

“Ahora mandan las mujeres”. Así analizaba la sociedad un señor que había visto grandes cambios a lo largo de su vida. Y, antiguamente, ¿cuál era el papel de las mujeres en tiempos de la Sagrada Familia?

La Biblia habla claro sobre este tema.

La mujer no participaba en la vida pública. Cuando salía de casa, se cubría la cabeza con un velo.

El marido tenía derecho a repudiarla sin pagarle el contrato matrimonial, si no cubría su rostro. Estaba prohibido encontrarse a solas con una casada, mirarla e incluso saludarla.

La que se entretenía conversando en la calle podía ser repudiada. Una mujer no debía estar sola en los campos.

Las jóvenes se quedaban en casa, evitando por pudor la mirada masculina. Las hijas en la casa paterna se limitaba al aprendizaje de trabajos domésticos, como coser y tejer; o cuidar de hermanos pequeños.

La potestad de los padres sobre los hijos no emancipados era inmensa.

Las hijas menores antes del matrimonio estaban totalmente en poder de su padre; podía anular sus votos, aceptar o rechazar una petición matrimonial, e incluso tenía autoridad para venderla, pero solo hasta los doce años.

Era normal casarse a una edad que hoy sería ilegal, entre los doce y los doce años y medio. Todo el proceso comprendía dos partes, los esponsales y la boda. Los esponsales significaban la “adquisición” de la novia, que desde ese momento se llama esposa.

Con el matrimonio, que de ordinario tenía lugar un año después de los esponsales, la joven iba a vivir a casa del esposo. Jurídicamente, la esposa se distinguía de una esclava.

Ella tenía un contrato matrimonial, la concubina no. La mujer debía ser mantenida por su marido, quien le aseguraría alimentación, vestido, alojamiento y cumplir el deber conyugal.

Los deberes de la esposa consistían en atender a las necesidades de la casa. Debía moler, coser, lavar, cocinar, amamantar a los hijos y elaborar la lana (hilar y tejer).

La poligamia estaba permitida.

Sin embargo, por razones económicas, la posesión de varias mujeres no era frecuente. Solo el hombre tenía derecho al divorcio.

En la época de Jesús ya se planteó esta cuestión:

¿Está permitido a un hombre divorciarse de su mujer? Mt 19,3.

El judaísmo del tiempo de Jesús tenía en poca consideración a la mujer, donde se le mantenía alejada del mundo exterior y sometida a la potestad del padre o del esposo.

En situaciones como éstas, podemos apreciar plenamente la postura de Jesús ante la mujer. Él reacciona y permite a las mujeres que fueran sus compañeras. Este gesto no tenía parangón en la historia de aquella época.

Le acompañaban los Doce y también algunas mujeres. Lc 8,1-3.

El Señor exige a sus discípulos no solo respeto, sino una actitud limpia ante la mujer:

Todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha adulterado con ella en su corazón. Mt 5,28.

¿Cómo apreciamos el comportamiento de Jesús con las mujeres?