WINDSOR TERRACE — Mons. Nicholas DiMarzio se manifestó enérgicamente en contra de la legalización de la marihuana recreativa en el estado de Nueva York y advirtió que permitir que la gente fume marihuana provocará graves efectos en la salud.
“Estoy muy decepcionado de que la Legislatura del estado buscara legalizar la marihuana en el estado de Nueva York”, dijo el obispo.
La Legislatura del Estado de Nueva York votó para aprobar la legalización de la marihuana recreativa el 30 de marzo. El gobernador Andrew Cuomo firmó el proyecto de ley el 31 de marzo.
“Esto no es bueno para nuestra sociedad”, dijo Mons. DiMarzio.
La marihuana medicinal, destinada a ser utilizada por pacientes bajo prescripción médica, es legal en Nueva York desde 2014. Nueva York es uno de los 35 estados donde se permite la marihuana medicinal.
Actualmente, hay 15 estados donde el consumo recreativo de la marihuana es legal.
En noviembre, los residentes de Nueva Jersey aprobaron por amplia mayoría una enmienda a la Constitución de ese estado que abriría la puerta a la legalización de la marihuana recreativa. El mes pasado, el gobernador Phil Murphy firmó un proyecto de ley que había sido aprobado por la legislatura de ese estado.
La votación de la Legislatura del Estado de Nueva York se produjo después de que Cuomo y los legisladores llegaran a un acuerdo para permitir que cualquier persona de 21 años o más fume marihuana. Según el acuerdo, los dueños de negocios podrían solicitar permisos para operar salones o “sitios de consumo”, donde se dispensaría marihuana. En estos salones estaría prohibido el consumo de alcohol.
A los neoyorquinos se les permitiría cultivar sus propias plantas —hasta seis plantas por persona.
El obispo dijo que estar preocupado por el peligro que representa la marihuana para la salud y la sociedad. “La marihuana tiene los mismos carcinógenos que los cigarrillos. Claramente, el efecto no es bueno para la salud “, dijo.
También va en contra del magisterio de la Iglesia Católica. “La iglesia dice que no debemos poner en peligro nuestra salud y nuestras vidas”, dijo.
Mons. DiMarzio, que ha estudiado cuidadosamente el tema, sobre el que ha escrito en su columna en Nuestra Voz “Remar Mar adentro”, citó evidencia científica en su argumento.
En una columna de 2018 titulada “La marihuana es una droga muy peligrosa”, comentó en detalle un estudio del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de Colorado que incluía declaraciones de un comité asesor de salud sobre los peligros de fumar marihuana a una edad temprana. Colorado legalizó la marihuana recreativa en 2012.
El consumo de marihuana por adolescentes y adultos jóvenes se ha relacionado con problemas de aprendizaje y memoria, encontró el estudio. Los jóvenes que fuman marihuana con frecuencia tienen menos probabilidades de graduarse de la escuela secundaria.
“Incluso la ciencia no está de acuerdo con eso”, dijo el obispo DiMarzio.
Si bien la ley de Nueva York prohibiría la venta y consumo de marihuana para las personas menores de 21 años, esta legalizacieon podría la droga al alcance de los menores. “Los jóvenes comenzarán a usarlo”, dijo el obispo, y agregando que los jóvenes “piensan que son invencibles”.
Dennis Poust, director ejecutivo interino de la Conferencia Católica del Estado de Nueva York, emitió un comunicado el martes por la noche, clasificando a la marihuana como una “droga de entrada” que podría conducir a las personas a experimentar con otras más fuertes.
“El impacto de la marihuana ultrapotente de hoy en el desarrollo del cerebro no está claro. Lo que está claro es que la marihuana es una droga de entrada que tendrá efectos perjudiciales en un número incalculable de jóvenes y agravará las crisis de salud actuales creadas por el ‘vapeo’ y el uso de drogas entre los adolescentes, y dará como resultado una mayor incidencia de problemas para conducir y manejar maquinaria por parte de los adultos”, dijo.
Legalizar la marihuana en un momento en que Nueva York, como el resto del país, todavía está luchando contra la pandemia de COVID-19 es un movimiento equivocado, según Poust.
“Legalizar el uso recreativo de una sustancia diseñada para ser inhalada profundamente y retenida en los pulmones nunca es una buena idea, pero en este momento particular de la historia en el que estamos sufriendo una pandemia espantosa que involucra un nuevo virus que ataca los pulmones, es el colmo de la irresponsabilidad”, dijo.
Se espera que la legalización de la marihuana recreativa genere unos 350 millones de dólares al año en ingresos fiscales.
Los legisladores que presionaron por la legalización dijeron que lo estaban haciendo en parte porque la guerra contra las drogas afectó de manera desproporcionada a las comunidades minoritarias. Las personas en esas comunidades fueron arrestadas en mayor número que los blancos por poseer pequeñas cantidades de marihuana.
Mons. DiMarzio dijo que está al tanto de los cargos de injusticia en la guerra contra las drogas. “Ese es un tema aparte que hay que abordar. Pero legalizar la marihuana no es la forma de hacerlo”, dijo.