Biblia

¿Se habla de animales en la Biblia?

En los belenes, junto a la cuna del Señor, aparecen el burro y el buey. Pero el papa Benedicto VI dijo que los evangelios no los mencionan. Podemos preguntarnos, ¿se mencionan a los animales en la Biblia? ¡Ciertamente! Ya en su primer libro, en el primer capítulo se dice:

Llénense las aguas de seres vivientes y revoloteen aves… Dios creó los grandes monstruos marinos. Gn 1,20.

En sus páginas hay hasta 130 nombres de animales citados en muchos casos poéticamente. Así Jacob en sus bendiciones describe el carácter de cada tribu, comparándola con un animal:

Judá es cachorro de león, Isacar es un burro, Dan es una serpiente, Neftalí es una cierva y Benjamín es un lobo, Gn 49.

Resulta sorprendente ver la simbología de muchos animales. Por ejemplo, los enemigos peligrosos son comparados con una manada de toros, de leones feroces o con una jauría.

Me rodea una manada de novillos, me acorralan toros de Basán. Abren sus fauces contra mí como leones rapaces y rugientes. Sal 22,13-14.17.

Un ejército invasor es descrito como una plaga de langostas.

Hagan avanzar a los caballos como una nube de langostas rabiosas. Jer 51,27; Nah 3,15-17.

La serpiente se convierte en el símbolo de la tentación.

La serpiente dijo a la mujer: “el día en que coman de él, serán como dioses”, Gn 3,4.

Los castigos de Dios son representados en las mordeduras de por los animales.

Dios mandó contra el pueblo serpientes-ardientes. Muchos de los israelitas murieron por sus mordeduras. Núm 21,6.

Un pueblo confundido, desorientado y dividido es descrito como un rebaño sin pastor.

Todos andábamos como ovejas errantes, Is 53,6.

La destrucción de las fuerzas enemigas de Israel es simbolizada con un banquete de sangre de aves y fieras salvajes.

Aves y a fieras salvajes comerán la carne de los guerreros, beberán la sangre de los jefes de la tierra. Ez 39,17.

Isaías compara la desolación del Imperio de Babilonia con los animales salvajes del desierto.

Por allí vagarán las fieras, las lechuzas… Allí bailarán los avestruces y danzarán los machos cabríos. Las hienas aullarán en sus castillos y los chacales en sus lujosos palacios. Is 13,21-22.

Dios extiende a todos los animales su providencia paternal y amorosa, dándoles el alimento y todo lo que necesitan para su existencia.

Dispensa su alimento al ganado y a los pichones de cuervo que claman a él. Sal 147,9.

La fecundidad en el ganado es símbolo de la bendición divina del pueblo elegido.

Bendito será el fruto de tus entrañas y el fruto de tu tierra, las crías de tus burras, el parto de tus vacas y ovejas. Dt 28,4.

La defensa de Israel contra los animales feroces forma parte de las bendiciones divinas.

Yo estableceré la paz en su país y dormirán sin que nadie los moleste; haré desaparecer del país los animales feroces, y la espada no pasará por su tierra. Lev 26,6.

La inmunidad de animales salvajes es un símbolo de protección divina.

Caminarás sobre leones y pisotearás cachorros de león y serpientes. Sal 91,13.

Juan compara la maldad de fariseos y de saduceos con una raza de víboras.

¡Serpientes, raza de víboras! ¿cómo lograrán escapar de la condenación de la gehena? Mt 23,33.

Los salmos no dudan en invitar a los animales de la tierra en esta alabanza universal.

¡Aleluya! ¡Alaben al Señor desde la tierra: monstruos del mar, animales salvajes y domésticos, reptiles y aves que vuelan! Sal 148,9.

Jesús ve en los pajaritos una prueba la providencia del Creador, cuando afirma.

Miren los pájaros del cielo: no siembran ni siegan, ni recogen en graneros, y vuestro Padre celestial los alimenta. Mt 6,26.

Una prueba de la realeza de Jesús es su entrada a Jerusalén en un burro.

Jesús encontró un burrito y se montó en él, según dice la Escritura No temas, ciudad de Sión, mira que viene tu Rey montado en un burrito. Jn 12,15.

¿Ha unido usted a los animales en su oración de alabanza al Dios Creador?