CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — Hasta el peor pecador puede convertirse en el más grande de los apóstoles respondiendo al llamado de Dios y permitiendo que su gracia obre en su corazón y mente, dijo el papa Francisco.
La vida de san Pablo, que pasó “de ser un perseguidor de cristianos por no observar las tradiciones y la ley” a ser uno de los grandes apóstoles, destaca el poder de la gracia de Dios, dijo el papa el 30 de junio durante su audiencia general semanal.
“Cuántas veces, delante de las grandes obras del Señor, surge de forma espontánea la pregunta: pero ¿cómo es posible que Dios se sirva de un pecador, de una persona frágil y débil, para realizar su voluntad? Sin embargo, no hay nada casual, porque todo ha sido preparado en el diseño de Dios. Él teje nuestra historia, la historia de cada uno de nosotros: Él teje nuestra historia y, si nosotros correspondemos con confianza a su plan de salvación, nos damos cuenta”, dijo.
Al llegar al Patio de San Dámaso del Palacio Apostólico, el papa saludó a los peregrinos y dio su bendición a los recién casados. Antes de concluir la audiencia, el papa también se agradeció a su chofer personal, Renzo Cieci, quien se retiraba.
“Comenzó a trabajar a los 14 años, montando bicicleta. Hoy es el chofer del papa. Aplaudamos a Renzo y su fidelidad. Es una de esas personas que hacen avanzar a la Iglesia con su obra, con su bondad y con sus oraciones. Le agradezco mucho, y también me gustaría aprovechar la oportunidad para agradecer a todos los laicos que trabajan aquí en el Vaticano”, dijo el papa.
En su discurso de audiencia principal, el papa continuó su nueva serie de discursos sobre la Carta a los Gálatas, reflexionando sobre el tema “Pablo, verdadero apóstol”.
San Pablo muestra “la preocupación de un padre” por la comunidad cristiana, dijo, y al leer su Carta a los Gálatas, “descubrimos inmediatamente que Pablo tiene un conocimiento profundo del misterio de Cristo”.
Cuando surgen problemas, como la disputa sobre si los gentiles deben ser circuncidados, san Pablo no siguió “los argumentos superficiales de sus detractores”, sino que “optó por ir más profundo, porque lo que estaba en juego era la verdad del Evangelio y la libertad de los cristianos”.
“No se detiene en la superficie de los problemas, de los conflictos, como a menudo tenemos la tentación para encontrar en seguida una solución que ilusiona para poner a todos de acuerdo con un compromiso”, dijo el papa. “No funciona así con el Evangelio y el Apóstol ha elegido seguir el camino más arduo”.
Una de las formas en que san Pablo explica su razonamiento es recordando a los gálatas su historia de persecución violenta contra los cristianos y “que él es un verdadero apóstol no por sus propios méritos, sino por el llamado de Dios”.
“Por un lado, él insiste al subrayar que había perseguido ferozmente a la Iglesia y que había sido un ‘blasfemo, un perseguidor y un insolente’ no escatima en adjetivos, él mismo se califica así”, dijo el papa. “Por otro lado, evidencia la misericordia de Dios con él, que le lleva a vivir una transformación radical, bien conocida por todos”.
El papa Francisco dijo que san Pablo muestra maravilla y reconocimiento de que a pesar de su pasado demostraron que, a través de la gracia de Dios, incluso uno que luchó contra los discípulos de Cristo “podría convertirse en un heraldo entre los gentiles”.
“La llamada conlleva siempre una misión a la que estamos destinados; por esto se nos pide que nos preparemos con seriedad, sabiendo que es Dios mismo quien nos envía, Dios mismo que nos sostiene con su gracia”, dijo el papa. “Hermanos y hermanas, dejémonos conducir por esta conciencia: el primado de la gracia transforma la existencia y la hace digna de ser puesta al servicio del Evangelio”.