El pasado 25 de marzo, la comunidad de la Universidad Católica Ucraniana, junto a los creyentes de todo el mundo, se unieron en oración por el fin de la guerra en Ucrania.
Los preparativos para el Acto de Consagración de Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María comenzaron con una Oración encabezada por el Rector de la Universidad, Padre Bohdan Prach.
- Relacionada: Segundo día
“En mi juventud, me gustaba mucho esta Oración, porque entonces recordaba la Segunda Guerra Mundial, de la que nos hablaron nuestros abuelos. – dijo el padre Bogdan – En donde nací y viví, todavía encontramos restos de viejas casas en ruinas, aldeas vacías, manzanos y perales silvestres, que a nadie le importan… Contemplando todo esto, pedíamos sinceramente a la Virgen que nos protegiera de los ataques extranjeros, porque en aquel escenario podíamos ver las consecuencias de la guerra. Hoy también dirigimos nuestras peticiones a la Santísima Virgen María y le pedimos por su intercesión, el fin de estos terribles días y la sanación de las heridas de tantos corazones”.
Los servicios de adoración en este día continuaron con la Liturgia de los Dones Presantificados. Así, en la cena, estudiantes y personal de la universidad junto con los hermanos refugiados se sumaron a la consagración de Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María. A través de una transmisión en línea, rezaron junto con el Papa Francisco y el Sínodo de Obispos de la Iglesia greco-católica Ucraniana dirigidos por Su Beatitud Sviatoslav.
Había una atmósfera especial de sentimientos encontrados en el templo: lágrimas, tristeza, pensamientos profundos y una certera esperanza que unía a todos. En esos momentos, los ucranianos en varios lugares, parroquias y hogares con profunda humildad pusieron el destino de Ucrania en manos de la Santísima Virgen María.
Fr. Mykola Motruk