Reunir a una multitud de adolescentes y jóvenes adultos en un mismo lugar significa, inevitablemente, mucho ruido. Y eso fue precisamente lo que ocurrió el 2 de agosto en las inmediaciones de un campus universitario en las afueras de Roma.
Cientos de miles de jóvenes católicos peregrinos de todo el mundo —algunos cálculos hablan de alrededor de un millón— se congregaron cerca de la Universidad de Roma Tor Vergata para orar y participar de una vigilia nocturna.
El encuentro formó parte de las celebraciones del Jubileo de la Juventud 2025. Entre los asistentes se encontraban 87 peregrinos de la Diócesis de Brooklyn, junto con acompañantes, sacerdotes y Mons. Robert Brennan.
Los neoyorquinos, llenos de entusiasmo y portando las banderas de Estados Unidos, de la Iglesia católica y de la diócesis, participaron en la alegre asamblea presidida por el papa León XIV.
Un peregrino de Queens describió a los jóvenes como “tan vivos y encendidos en nuestra fe”. Eso, hasta que el nuevo pontífice elevó la custodia con el Santísimo Sacramento para la adoración eucarística.
“Literalmente”, dijo Jon Paolo “J.P.” Marasigan, “había un millón de personas —que minutos antes estaban completamente ruidosas y animadas— cayendo en un silencio absoluto para adorar al Santísimo Sacramento.
“¡Hermoso!”.
El Jubileo de la Juventud, celebrado del 28 de julio al 3 de agosto, formó parte del Año Jubilar 2025 que conmemora la Encarnación del Señor. Jóvenes de todo el mundo viajaron a Roma para esta celebración internacional y peregrinación.
Los peregrinos de la Diócesis de Brooklyn provenían de varias parroquias:
St. Brigid (Bushwick), St. Athanasius (Bensonhurst), Our Lady of Mount Carmel (Astoria), el Santuario de Nuestra Señora del Carmen (Williamsburg), St. Mary Gate of Heaven (South Ozone Park), St. Pancras (Glendale) y la Basílica de Regina Pacis (Dyker Heights).
Marasigan, ministro juvenil en St. Mary Gate of Heaven, dijo a Nuestra Voz el 5 de agosto, pocas horas después de regresar de Roma, que el Jubileo de la Juventud demostró al mundo que la fe católica sigue viva entre los jóvenes.
“Fue una prueba contra quienes dicen que los jóvenes no se enamoran del catolicismo”, afirmó. “Sí, aún estamos aquí en la Iglesia. Y es algo que quiero compartir con la gente de Brooklyn y Queens”.
Otro asistente, Luis Sánchez, de Lady of Mount Carmel, coincidió:
“Los jóvenes necesitan ser escuchados”, dijo. “Y a cambio, nuestra fe católica verá que su participación activa depende de cuánto sepamos escuchar a los jóvenes”.
Felicity Morel, también de Our Lady of Mount Carmel en Astoria, explicó que la experiencia de nueve días fortaleció su fe, especialmente durante la adoración eucarística en la vigilia del 2 de agosto.
“Me sentí tan cerca de Jesús”, comentó. “Honestamente, me enseñó que realmente amo la Eucaristía. Me ayudó a comprender que esta es mi fe.
“Esta es la razón por la que amo mi fe”.
El primer día de la peregrinación incluyó una visita a Asís, donde los participantes conocieron más sobre san Francisco y santa Clara.
Más adelante, visitaron las tumbas de otros santos y también de dos jóvenes que serán canonizados en septiembre: el beato Carlo Acutis y el beato Pier Giorgio Frassati.
Felicity, quien ingresará este otoño a Emmanuel College en Boston, señaló que le impresionó conocer que los santos también tuvieron debilidades.
“Fue hermoso saber que eran personas normales, también pecadores, y aun así llegaron a ser santos”, dijo.
Asimismo, destacó la cercanía de Mons. Brennan:
“Fue muy reconfortante ver que el obispo de nuestra diócesis, que es tan grande, podía realmente caminar con nosotros y ser alguien accesible para hablar”.
Amy Vu, también de Nuestra Señora del Carmen, señaló que fue “espiritualmente enriquecedor” atravesar las puertas santas de las cuatro basílicas mayores de Roma, que se abren durante los jubileos cada 25 años: San Pedro, San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros y Santa María la Mayor, donde está sepultado el papa Francisco.
Amy comentó que se alegró de cruzar esas puertas, ya que había esperado ver al papa Francisco en el Jubileo, pero él falleció en abril pasado.
Aun así, los peregrinos se mostraron emocionados de ver de cerca al papa León XIV, corriendo hacia las vallas para observarlo pasar en el papamóvil.
En la homilía de la misa de clausura, el 3 de agosto, el papa exhortó a los jóvenes peregrinos a comprender que “todo en el mundo tiene sentido solo en la medida en que nos une a Dios y a nuestros hermanos en la caridad”.
Estas realidades, agregó, ayudan “a crecer en compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia, en perdón y en paz, todo en imitación de Cristo”.
Amy dijo que espera vivirlo al iniciar sus estudios de biología e inglés este otoño en la Universidad de Stony Brook, en Long Island.
“Quiero enfocarme en mantener mi fe en la universidad, porque una de las cosas que no quiero que se debilite, ni perder, es mi fe”, afirmó. “Quiero seguir cultivándola a través del voluntariado o colaborando en el ministerio universitario. “Y, por supuesto, asistiendo a misa”.